José Ortega Cano ha celebrado su 62 cumpleaños más solidario y rodeado de la mejor compañía, la de su familia, y también con un regalo inesperado: el regreso de su hijo José Fernando tras haber abandonado el centro de Betania de Albacete para pasar tiempo en Castilblanco de los Arroyos, el lugar donde comenzó casi su pesadilla.
Ahora, el joven ha vuelto a ingresar en la Clínica López Ibor y, ya que estaba en la capital madrileña, no dudó en acompañar a su padre en este día tan especial. El diestro participó en el II Tentadero Solidario de Torrejón de Ardoz, donde además de encontrarse el propio José Fernando, le observaban muy atentos su pareja Ana María Aldón y el pequeño José María, que aplaudía una y otra vez los pases de su padre, y también su hermana Carmen.
El adolescente estuvo en todo momento muy bien acompañado por una guapa joven, que no sabemos si será su nueva conquista. José Fernando no solo tuvo ojos para su amiga, también estuvo muy pendiente de su hermano José María, al que besó tiernamente cuando en una de las ocasiones Ana María salió con él de la plaza en brazos.
Durante un momento del festejo, Ortega, muy orgulloso de su hijo José María, bajó al pequeño a la zona de la barrera. Fue en ese momento cuando el público asistente al tentadero se puso a cantar "Cumpleaños Feliz".
Junto a Ortega Cano, también estuvieron en este tentadero Eugenio de Mora, que cubrió la baja de Miguel Abellán. Juan Mora, Morenito de Aranda y el novillero Amor Rodriguez fueron los que tentaron cinco becerras de las ganaderías de Ángel Luis Peña y Zacarías Moreno. El precio de la entrada era simbólico, pues todos aquellos que quisieran acceder solamente tuvieron que depositar a la entrada del recinto un litro de aceite o leche o un kilo de alimentos no perecederos. Dichos productos serían donados a la Cruz Roja Española en el Corredor del Henares.
El primer objetivo se cumplió con creces al presentar el coso torrejonero una gran entrada, con tres cuartas partes de su aforo completo y miles de kilos de alimentos que irán destinados a Cruz Roja para su distribución entre los más necesitados. El mundo del toro, una vez más, hizo patente su cara más solidaria con este tentadero que resultó todo un éxito.