El juez ha citado el viernes a Francisco Nicolás Gómez Iglesias, conocido como el pequeño Nicolás, para que comparezca como investigado por un supuesto delito de usurpación de funciones en un viaje que presuntamente hizo a Ribadeo (Lugo) para organizar una comida con un conocido empresario.
Se da la circunstancia de que, a la vez, esta pasada noche del jueves fue repescado por el programa de Telecinco Gran Hermano VIP para ingresar de nuevo en la casa de Guadalix de la Sierra.
Lo que abre la veda para preguntarse cómo hará frente la cadena y el propio Nicolás a la espinosa situación. Al parecer, el joven ha pactado con el programa salir a declarar, de modo que todo transcurrirá con la más estricta normalidad (judicial y televisiva).
Comparecencia judicial
Gómez Iglesias comparecerá a las 10:30 horas ante el titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Madrid, Arturo Zamarriego, que tiene una causa abierta contra el joven por delitos de estafa, falsedad y usurpación de funciones.
El magistrado también ha citado hoy como investigado al cabo de la Policía Municipal de Madrid, José González Hormigos, quien al parecer hizo funciones de escolta de Francisco Nicolás Gómez Iglesias y fue quien supuestamente le llevó a Ribadeo en agosto de 2014.
Según las acusaciones, el pequeño Nicolás se trasladó al municipio gallego para organizar una comida con el empresario Jorge Cosmen, del grupo Alsa, y presuntamente se hizo pasar por enviado de la Casa Real y del Gobierno.
Al respecto, Cosmen dijo el pasado viernes al juez que Gómez Iglesias le llegó a llamar hasta quince veces en dos días, haciéndole creer que era un enviado de la Casa Real y del Gobierno.
En declaraciones a Efe, su abogado comentó que Cosmen empezó a "mosquearse" con la insistencia de las llamadas del joven y sospechó que algo raro ocurría cuando éste se presentó en el restaurante donde habían programado la comida, a la que incluso llegó a asegurar que asistiría el rey Felipe VI, con una comitiva de varios coches y policías municipales de Madrid.
Además, Cosmen se quedó sorprendido cuando durante la comida los policías se paseaban con pinganillos alrededor de la mesa y pensó: "¿Pero a quién vigilan éstos?". Fue entonces cuando decidió llamar a fuentes gubernamentales, que le confirmaron sus sospechas de que realmente Gómez Iglesias no era quien decía ser.
