Pablo Carbonell ha sufrido algunos episodios turbulentos a lo largo de su vida que le ha costado superar. Ahora, publica un libro de memorias El mundo de la tarántula, en el que hace un repaso a su historia familiar y profesional que le ha ayudado a desahogarse y superar los peores momentos, a pesar de que ahora está centrado en la actuación y podemos verle en la tercera temporada de la serie Gym Tony, de Cuatro.
En una sincera entrevista en la revista Pronto, el actor de 53 años habla abiertamente de una etapa turbia en la que consumía drogas, pero que le "ayudó" en su etapa musical más creativa. "Mi obra magna, que es Mi agüita amarilla, no la escribí precisamente con agua. Y Ay qué gustito pa' mis orejas y Sentimiento wagneriano se me ocurrieron estando hasta arriba de ácido", asegura.
Su caída en el LSD ha sido uno de sus peores momentos. "Comíamos ácidos porque sí (...) pero los aterrizajes de ácido son tan violentos... te quedas tan anulado mentalmente después de un viaje... Ahora mismo no me puedo permitir ingresar en "la academia de la nada", como yo la llama en aquella época: no tenía nada que decir, nada que pensar... Yo puedo decir que la droga es mala porque la he sufrido. Y no la recomiendo".
Además de ácido, Carbonell también asegura haber consumido cocaína: "He perdido mucho tiempo con sustancias como la cocaína, pero el ácido lo considero como una vía de conocimiento, como un fármaco esclarecedor". Hoy en día, el actor está limpio y no consume nada. "Si tomara algún ácido, a mi edad, estaría fastidiado".