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El "momento personita" que eclipsó toda la fiesta de Vargas Llosa

La crónica rosa ha tratado de manera extensa la fiesta de cumpleaños del Nobel Mario Vargas Llosa.

Crónica Rosa: Vargas Llosa cumple 80 años

El audio empezará a sonar cuando acabe el anuncio

La crónica rosa ha tratado de manera extensa la fiesta de cumpleaños del Nobel Mario Vargas Llosa.
Mario Vargas Llosa | Gtres

La crónica rosa de Es la mañana de Federico contó con la presencia de Carmen Duerto, Alaska y Carmen Jara para desgranar todos los temas de la actualidad social. Centradas en este caso en la fiesta de cumpleaños del escritor Mario Vargas Llosa celebrada el lunes por la noche en Madrid, y a la que estuvieron invitadas cerca de 400 personas del ámbito político, artístico e intelectual internacional.

Pero tal y como explicó Federico Jiménez Losantos en esRadio, y pese a la asistencia de personalidades como José María Aznar, Esperanza Aguirre, Álvaro Uribe u Orhar Pamuk, fue un breve momento, casi al final del evento, el que logró "eclipsar" absolutamente todo lo ocurrido hasta entonces. Fue lo que Jiménez Losantos definió como el "momento personita".

Vargas Llosa, en el estrado, "hizo un discurso contando su vida, demostrando que es un contador de historias". Ya durante su alocución, "no se acordó de Patricia, pero tampoco de la tía Julia", las mujeres que antes de la actual Isabel Preysler ocuparon su corazón. Unas ausencias que tienen su sentido, en tanto está presente la apodada reina de corazones, y en tanto también el discurso tenía una vertiente puramente política, con "cubanos, hermanos de Venezuela" y otros muchos asistentes que requerían de menciones.

"Iba terminando... y entonces, cuando ya parecía que estaba todo concluido, dijo con su voz aflautada: hay aquí una personita que estaba muy asustada y no quería venir, que al final ha visto que estamos entre amigos".

Esa personita fue el motivo que Vargas Llosa eligió como momento final y culminante de su discurso, explicado por el director de Es la mañana de Federico. "Tengo que decir que yo no sabía que la felicidad tenía nombre y apellido, y los tiene: Isabel Preysler", dijo. "Y acabó así. Y en ese momento todas las parejas legítimas que han compartido vida con Mario y Patricia Llosa durante cuatro décadas o en diversos momentos... hubo momento de tensión y silencio total. Todas las legítimas se sintieron aludidas y no pocas agraviadas. Algunas molestas, otros se acordaron de la de Lima [Patricia ], otras de Julia... otros que no te puedes fiar de los hombres, otros que chocheaba..."

Un broche final emotivo, pero también polémico, y que tal y como explicó Jiménez Losantos, "fue el que realmente eclipsó todo lo que había sucedido hasta ese momento". "Ya antes se echó en falta que su hijo Álvaro dijera algo más de su madre Patricia. Pero Álvaro estaba con su padre, y hasta hizo un gesto a Isabel. Y en ese momento, todo lo demás que fue impresionante -reunir a 400 personas amigas de su padre y su madre, de distintos colores, solo lo consigue Mario Vargas Llosa y no había más porque no cabían-"... quedó eclipsado por esa referencia, que es el textual con el que han abierto todos los periódicos españoles.

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