Mario Biondo no fue asesinado, se suicidó. Las autoridades italianas han concluido su investigación sobre la muerte del marido de Raquel Sánchez Silva y han determinado, al igual que la Justicia española, que el cámara se suicidó, no que fuera asesinado.
Así lo publica el Corriere della Sera basándose en las conclusiones de Paolo Procaccianti, forense del Instituto de Medicina Legal del Policlínico de Palermo, que certifica que no hay "signos de violencia en el cuerpo" de Biondo, fallecido en verano de 2013. Procaccianti realizó la segunda autopsia al cadáver de Biondo.
La familia de Biondo llevó a la Fiscalía de Palermo el caso de la muerte de su hijo, descontentos con el cierre del caso en España y la versión del sucidio. Aseguran que fue un caso de asesinato premeditado, que existían terceras personas, y arremetieron muy duramente contra Sánchez Silva en la prensa italiana.
El caso ha tenido mucho eco en los medios italianos, que le han dado repercusión televisiva y escrita. Los Biondo encargaron a dos doctores italianos sendos informes periciales que señalaban la mala instrucción del caso en España. La crimonóloga Roberta Bruzzone añadió más leña al fuego señalando que un examen del material gráfico y las pruebas hacían inverosímil la hipótesis del suicidio.
La familia de Mario Biondo no se da por vencida y asegura que seguirá insistiendo. En declaraciones a La Vanguardia, la madre del cámara, Santina D’Alessandro, asegura que presentarán a la Fiscalía los informes de sus peritos, que confirmarían el homicidio, para que determinen en base a las pruebas -aseguran que tienen nuevos informes periciales- si el caso fue suicidio o asesinato.
Biondo fue encontrado muerto, colgando de un pañuelo anudado al cuello, por una empleada de la limpieza de su casa. Basándose en la postura del cuerpo se determinó finalmente que el cámara televisivo se había quitado la vida.