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La dura infancia de Dulce, el azote de Cantora

Dulce Delapiedra no ha tenido una vida fácil. Todo cambió con su llegada a Cantora... pero incluso ese sueño acabó.

Dulce Delapiedra no ha tenido una vida fácil. Todo cambió con su llegada a Cantora... pero incluso ese sueño acabó.
Dulce Delapiedra | Gtres

La revista Lecturas abunda esta semana en el triste pasado de Dulce Delapiedra, la niñera del clan Pantoja que tras criar a Kiko e Isabel, los hijos de la célebre tonadillera, va regalando por entregas jugosas revelaciones de lo ocurrido durante estos años en Cantora. No obstante, la propia Dulce ha sido protagonista de su historia, y ésta no es todo lo feliz que se podría esperar.

Su familia, de origen muy humilde, podría calificarse como desestructurada. Su padre les abandonó a todos siendo Dulce muy pequeña, y fue su madre quien logró sacar a la familia numerosa adelante. No sin atravesar múltiples momentos delicados. Es por ello que la nanny de los Pantoja utiliza el apellido de su madre, tal es la adoración que siente por la mujer que le dio la vida... fallecida a causa de un cáncer cuando ella todavía era joven.

Dulce se trasladó junto a sus hermanos a casa de unos tíos suyos, compartiendo habitación con otras tres chicas. Fueron años duros para todos, ya que los hermanos tuvieron que repartirse entre las casas de sus familiares. Dulce no sólo vivió con sus tíos, sino también en casa de un primo y su mujer y, finalmente, en casa de otro que residía en Huesca.

Dulce no era una chica muy sociable. Su desdicahada vida fue triste y no faltaron los problemas en la escuela. "Le costaba hablar y relacionarse", dijo en televisión una de sus primas. Otra familiar suya dice que "lloraba mucho, le costaba dormir y tenía pesadillas".

Esta dura historia cambió cuando conoció a Isabel Pantoja y ésta decidió llevársela a Cantora, acogiéndola como una hija más. Primero trabajó como niñera de Kiko, y posteriormente de Isa. Fueron los años más felices de Dulce Delapiedra, a quien la tonadillera incluso le pagó una operación de nariz por causas médicas, además de otros retoques estéticos.

Pantoja pagaba un sueldo de 30.000 pesetas a Dulce, pero sus servicios no eran solo de niñera. A cambio, la mujer estaba disponible las 24 horas del día y hacía otras tareas domésticas. Cuando fue despedida, tras unos dolores de espalda que la incapacitaban para su trabajo, su sueldo apenas era de 900 euros al mes. Ahora mismo percibe 35.000 semanales por cada siete días que resista en Supervivientes.

A Dulce no se le conoce ninguna pareja oficial. Sí se ha hablado de un romance con Fosky, el chófer de Isabel Pantoja y marido de Pepi Valladares, otra asistenta de los años estelares en Cantora. Mientras tanto, las pequeñas exclusivas siguen cayendo día sí, día también. Es la guardiana de los secretos de Cantora, una caja que parece más cerca de abrirse que nunca.

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