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Rosa Belmonte

Las 51 dedicatorias de Maradona

Messi ha tirado por Martínez Soria. La ciudad no era para este. La selección argentina no es para el futbolista.

Messi ha tirado por Martínez Soria. La ciudad no era para este. La selección argentina no es para el futbolista.
Maradona, en una imagen reciente | Cordon Press

Messi ha tirado por Martínez Soria. La ciudad no era para este. La selección argentina no es para el futbolista. Ha dejado el combinado nacional después de perder la final de la Copa América. Otra final. "No es para mí", dijo al anunciar que dejaba la selección. Todo con el Barcelona, casi nada con Argentina (sí ganó con la selección olímpica los Juegos de Pekín en 2008). Se queja Del Bosque de la prensa española. Que le echen a la argentina. Messi se ha hartado a los 29 años. Di Stéfano jugó su último partido con la española con 35. Pelé en la brasileña, con 30 (tres mundiales). Cruyff con 30. Y Maradona con 33 (un mundial). El Pelusa es para Messi como para Woody Allen aquella madre en Historias de Nueva York que le hablaba desde el cielo para abochornarlo.

Maradona lo mismo dice (con el micrófono suelto) que Messi no tiene personalidad que avisa a la selección albiceleste de lo que tendrían que hacer si no conseguían la Copa América: "Si no ganamos, que no vuelvan", dijo en una entrevista a Víctor Hugo Morales. Fuera de Argentina, este es conocido por ser el que cantó el gol de Maradona contra Inglaterra en el Mundial 86. Los dos goles, pero me refiero al bueno, no la de la mano de Dios. Maradona ha escrito un libro Mi mundial. Mi verdad’, sobre México 86. Sobre los goles a los ingleses, sobre Bilardo, sobre Menotti, sobre las Malvinas…". El prólogo se lo ha hecho Víctor Hugo Morales. Es una de las personas a las que está dedicado el libro ("A Víctor Hugo y su familia”). Aunque no sé si tiene mucho mérito la cosa. Hay 51 dedicatorias. A todo quisque. Hasta a “los pueblos originarios”, que es la denominación políticamente correcta aplicada a las comunidades indígenas de América. La página de las dedicatorias es un disparate. Maradona parece Carmen Sevilla en las campanadas de 1994, dedicando cada una a lo que se le ocurría. Ahí van:

A la memoria de mis queridos viejos, don Diego y doña Tota, que desde el cielo me están dando una gran mano.

A Rocío, mi mujer, que me acompaña siempre.

A José Valiente y Mónica.

A la Abuela Lucy.

A todas mis hermanas: Ana, Kity, Lily, Mary y Caly.

A Benjamín.

A mis hijos.

A mi sobrino Cacho.

A mi sobrino Davu.

A Belén.

Al Papa Francisco.

A todos los que luchan por la paz en el mundo.

A Cristina.

A La Cámpora.

A Moreno.

Volveremos, volveremos.

A Fidel.

A Raúl.

A Maduro.

A Ortega.

Al ministro Malmierca.

A Javier Sotomayor y todo el pueblo cubano.

A los pueblos originarios.

A la memoria de Chávez.

A la memoria del Che.

Al sheik Mohamed bin Rashid Al Maktum.

Al principito Hamdam bin Mohamed Al Maktum.

A la princesa Haya bint Al Hussein.

Al príncipe Alí bin Al Hussein.

Y a todos los sheiks que me brindaron su apoyo.

A los muchachos que trabajan para mí, acá en Dubai:

Nasser, Mohamed, Marawan, Gihad y Abu Baker.

A Al Rumaithi y su familia, de Abu Dabi.

A Matías Morla y Víctor Stinfale, que me sacaron del pozo.

A todos los utileros de la Selección argentina.

Al Negro Enrique.

Al Flaco Menotti.

A Fernando Signorini.

Al Gringo Heinze.

A Palermo.

Al Flaco Schiavi.

Al Pocho Lavezzi.

A la gente de Argentinos.

A la gente de Boca.

A todos los napolitanos y a mi amigo, el Tano Stefano.

A Víctor Hugo y su familia.

A la familia Casillo.

A Valerio Antonini.

A Dubai, que es mi casa.

A la paz y el respeto que hay en los Emiratos Árabes Unidos.

A todos los maradonianos.

Maradona sí tiene personalidad, vale. Pero Messi tendría que estar contento por ser una persona más normal. Tampoco lo es, claro. Pero por lo menos no sabe lo que son los pueblos originarios.

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