Se especula estos días sobre una crisis en el matrimonio formado por David Bustamante y Paula Echevarría. En tanto no se pronuncien los interesados, es más probable que sea una nube de verano, puede que una tormenta acaso pasajera. Porque no vamos a pensar que sea una treta publicitaria para que se hable de ellos. Les sobra publicidad. Ahora bien: el otrora obrero de la construcción cántabro convertido por su éxito en Operación Triunfo en un cantante de éxito, vive estas últimas semanas un ajetreo necesario para promocionar su último disco, que lo ha llevado a México, donde lo grabó. De nuevo en España ha de afrontar una gira intensa. Entre tanto, la actriz asturiana está inmersa en el rodaje de nuevos capítulos de la serie Velvet, lo que les impedirá a ambos disfrutar de unas vacaciones como las del año pasado en Ibiza. Piensan estar en la isla algunos días, sobre todo pensando en Daniela, su hija, que en agosto cumplirá ocho años. Mas el trabajo, sus compromisos ineludibles, quizás sean la causa principal de este aparente distanciamiento sentimental de la pareja; que físico lo será, sin duda. Puede que por esas exigencias laborales hayan discutido. Pero es una pareja que siempre nos pareció muy enamorada.
Por cierto que en el mes de julio se cumple el décimo aniversario de su enlace. ¿Habrán pensado en celebrarlo… o será imposible dadas sus ocupaciones? Apuesto porque brindarán con tarta y champán en unión de esa niña que tanto adoran. Aquella boda tuvo un amplio seguimiento en las páginas de las revistas rosas y los programas de entretenimiento televisivos. Se celebró en Covadonga, ante la imagen de la Santina, el 22 de julio de 2006. Se les veía inmensamente felices, después de un noviazgo relativamente breve: nueve meses. ¿Cómo se conocieron? De un modo puramente casual… y por cuestiones de trabajo, igual que ahora se comenta su supuesta crisis. Paula se encontraba en Lanzarote, invitada por una revista para posar en un amplio reportaje gráfico. Y David había viajado a aquella isla por su vinculación a la ONG Infancia Sin Fronteras, para la que colaboraba muy activamente. Coincidieron un día… y hubo un total flechazo. Paula dejaba atrás una relación que le había afectado mucho y él parece que no tenía atadura amorosa alguna con el pasado. Y desde que se enamoraron, han estado siempre muy unidos, reforzado su amor con la llegada de su única hija en 2008.
David Bustamante está ahora concentrado, como decimos, en la promoción de su último disco, "Amor de los dos", que hace el número noveno de su espectacular carrera musical. A sus treinta y cuatro años se ha convertido en uno de los intérpretes melódicos-pop más cotizados. Sus cualidades vocales son espléndidas. A ello se une su grata presencia en los escenarios y la sencillez y simpatía que desprende para sus múltiples seguidores. No se olvide que lleva ya catorce años de trayectoria profesional; que ha vendido más de un millón de copias de sus grabaciones, obtenido quince discos de platino, amén de que suma catorce giras, a una por año trabajado. ¿Por qué se ha desligado un poco de su estilo habitual grabando ahora boleros? Pienso que es una apuesta de su casa discográfica para convertirlo en una estrella en el área hispanoamericana, comenzando por México, donde goza de una gran aceptación. País donde el bolero es, junto a la ranchera, géneros muy populares, al margen de cualquier otra novedad de las baladas pop.
En líneas generales, "Amor de los dos" es un álbum atractivo, con piezas ya clásicas que cuentan con versiones muy aceptables de Bustamante. Cuando se elige un repertorio sobradamente conocido, con más de medio siglo de existencia en algunos temas, el intérprete corre el riesgo de ser comparado con los grandes maestros, en este caso del bolero. O con otros más cercanos, como Luis Miguel. Pero el artista cántabro, con su bonita voz, puede sentirse satisfecho de este trabajo, en el que no copia a nadie y es fiel a la entidad de todos esos números: "Bésame mucho", "La puerta", "Corazón, corazón", "Voy a apagar la luz", "Historia de un amor", "Sombras", “Júrame”, “La mentira”…
Por su parte, Paula Echevarría acaba de rodar esta semana unas tórridas escenas junto a Miguel Ángel Silvestre, que ha vuelto de su aventura americana tras intervenir en una serie en Los Ángeles con secuencias gays producida por Netflix. Este reencuentro con Paula obedece a los guiones de Velvet en su cuarta temporada. Recordarán quienes hayan seguido esta serie que el personaje incorporado por Silvestre, Alberto Márquez, dueño de las galerías que dan nombre a la historia, desaparece, dándosele por muerto. Su enamorada, Ana Ribera, le guarda "luto", pero acaba por aceptar su pérdida y encuentra otros brazos donde pasar página. Lo cierto es que era un "muerto vivo", pues regresa a Madrid. Aunque han transcurrido cinco años en la trama de ese folletín. He visto algunas imágenes de ese capítulo rodado días atrás y los besos que se dan Paula y Miguel Ángel son de "tornillo". Le preguntaron hace poco a Bustamante qué le parecían esas escenas de su mujer con su novio de mentirijillas, el tal Silvestre, a lo que el cantante, muy sincero, respondió que no eran de su gusto, pero que tenía que aguantarse, pues al fin y al cabo cuando se casó con Paula ya sabía su profesión de actriz. Otro tanto podría decir ella cuando las "fans" de su marido lo acosan a diestro y siniestro. Empate a celos, entonces.