Tras declarar días atrás Feliciano López que "nunca voy a hablar mal de mi exmujer", hoy Alba Carillo continúa con su versión en la que dice que el tenista amenazó con llamar a la policía si no abandonaba su casa aunque a enseguida "se arrepintió" y le "pidió perdón", según informa ABC.
La modelo sigue sin entender cómo dicen que Feliciano y ella son incompatibles, ya que "nadie recuerda que antes de casarnos hemos vivido un año juntos y dos de novios. Desde la boda quisimos tener un hijo y no tomamos precauciones, pero yo ya veía cosas raras".Dice que en las anteriores declaraciones se controló porque "intenté protegerle a él y a su familia, pero esas palabras se han vuelto contra mí, porque tenía que haber sido más dura y contado la verdad".
Según cuenta todo ocurrió el 29 de abril, coincidiendo con el Open Madrid. "Tuvieron que operar a mi madre y al recibir el alta decidimos que viniera a recuperarse a casa. Al ver todos los amigos que había invitado decidimos irnos al día siguiente a casa de mis padres, hasta el lunes por la tarde que regresé con mi madre y mi hijo. Al verme, discutimos. Me dijo que esa no era ya mi casa, y en el calentón fue cuando dijo que si no me iba llamaría a la policía. Luego nos tranquilizamos y decidimos que deberíamos darnos un poco de espacio para relajarnos. Estos días me he enterado de muchas historias y de la vida paralela que hacía durante nuestro matrimonio".
Alba comenta que no tiene ningún contacto con él "desde que le escribí cuando me enteré que iba diciendo que era bipolar. Su respuesta fue bloquearme del Whatsapp. No se puede jugar con esas cosas. Feliciano depende de su familia para todo, incluso para las cosas más sencillas del día a día. Este problema lo va a tener con todas sus parejas". La última vez que hablaron fue "el nueve de junio. Me citó a las diez de la mañana para anunciarme que quería divorciarse. Me quedé en shock porque estaba segura de que podíamos arreglarlo. Lo más sorprendente es que al despedirnos dijo que igual en un año nos reconciliábamos".
Por su parte, parece que "no le voy a pedir la casa ni una pensión compensatoria. Mi abogada es quien se encarga. No hay fecha para firmar el divorcio pero supongo que será pronto. Hoy puedo decir que no estoy enamorada después de todo lo que he vivido y me han contado. Creo de verdad que nos casamos enamorados, y lo ha intentado, pero sus hábitos de vida hacen que al final la cabra tire al monte. Su familia ha estado muy encima nuestro, yo ya se lo dije llorando antes de la boda".