Nando Escribano, uno de los presentadores del exitoso programa de Divinity Cazamariposas, ha quedado huérfano a los 28 años. Tal y como él mismo relata en una entrevista a Lecturas, ha perdido a sus padres por culpa del cáncer y con apenas tres años de diferencia.
Dice Escribano que estos años “han estado marcados cada uno de ellos por un drama distinto. Empezó todo con el cáncer de mi hermano Luis”, que apenas tenía treinta años e iba muy rápido. “Aún así, consiguió superarlo”, cuenta el joven presentador, que junto a Núria Marín presenta el espacio dedicado al corazón.
“Cuando pasó todo, entonces se lo detectaron a mi padre. Por aquella época, yo tenía 25 y aun siendo consciente de lo que pasaba, mi madre siempre intentó protegerme para que no viese a mi padre sufrir. Entre todos me tenían engañado”. Su familia le ocultó la enfermedad del padre casi hasta el final.
“Mi padre murió justo antes del estreno de Cazamariposas. Una de las últimas cosas que hice con él fue llevarle el portátil para enseñarle el piloto del programa. Tengo la imagen de él cerrando el portátil y diciendo “No me enseñes más”. Dice Nando que quizá su padre sabía que no iba a llegar al estreno: la enfermedad fue rápida y dolorosa, y para calmar el dolor estaba siempre con morfina.
El drama continuaría con la enfermedad de su madre, que acabaría falleciendo en diciembre de 2015, dos años después que su padre y solo dos meses después de que le comunicaran la enfermedad. “Le dijeron que era un cáncer grande alojado entre la laringe y el esófago, que no se podía operar y solo se podía curar con quimio y con radio. En aquel momento, había esperanzas”.
Dice Nando que la familia pensó que era imposible, que la experiencia no podía ocurrir dos veces. Ambos a los 64 años, a punto de jubilarse. “Me da pena que murieran justo cuando por fin iban a hacer todo lo que no habían hecho”. Dice que al menos, entre la muerte de su padre y la suya, su madre pudo disfrutar durante unos meses de los nietos de los hijos de su hermano, que conoció a una chica que “tenía hijos”.
El joven presentador, completamente desolado, confiesa que estaba muy unido a ellos, pero sobre todo a su madre. Todavía está con el duelo y no los ha dejado marchar: “Fui a su casa, que fue el peor momento de todo el duelo, y recogí sus cosas. Era tan violento abrir cajones, armarios y coger la ropa de mis padres...”, dice llorando.
Afortunadamente, Nando tiene pareja, y se está apoyando mucho en su hermano, que le está “sacando de muchos follones” de papeleo, y su tía de Beatriz. Y su compañera presentando Cazamariposas, Núria Marín, que “ha estado al cien por ciento a mi lado”. Dice que en el trabajo se presentaron todos a la despedida de su madre, y que “llegaron flores hasta de Paolo Vasile”.
Entre todos le ayudan a seguir conectado con la realidad y seguir adelante, cosa que está decidido a hacer porque es lo que, precisamente, ellos le dirían: “Mi madre se moriría de pena si me viera como me he visto en muchos momentos”.