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Cómo Juan Gabriel se enamoró de Junior, y otros chismes del legendario artista

Reconocido gay, Juan Gabriel era padre de cuatro hijos.

Reconocido gay, Juan Gabriel era padre de cuatro hijos.
Juan Gabriel | Cordon Press

La vida de Alberto Aguilera Valadez (Juan Gabriel), nacido en Parácuaro, México, hace sesenta y seis años, fue áspera y difícil. Debía su nombre de pila al mismo del protagonista de la radionovela El derecho de nacer, porque así lo decidió su madre. Hijo de campesinos, su progenitor murió cuando el bebé contaba tres meses. Fue cuando su madre se vio obligada a trabajar de sirvienta y decidió abandonarlo. Lo ingresaron en un orfanato, donde con el transcurso de los años, niño aún, aprendió a tocar la guitarra gracias a un empleado de aquella institución, un maestro hojalatero llamado Juan Contreras. Cuando ya adolescente tuvo que salir del internado se dedicó a malvivir, vagando por las calles. Limpiaba los suelos de una iglesia metodista y vendía objetos artesanales de escaso valor. Le dio por cantar en Ciudad Juárez con un grupo, Los Prisioneros del Ritmo, en cabaretuchos de ínfima calidad, uno de ellos "Noa-Noa", del que se acordó cuando grabó años más tarde una pieza así titulada. Que en España popularizaría Massiel. Aquella dura época para el muchacho, al que por cierto anunciaban como Adán Luna, se complicó aún más cuando lo acusaron de un robo, lo que lo llevó a la cárcel durante año y medio.

Dando tumbos, su suerte cambió en 1971 cuando, al fin, logró grabar su primer disco, en el que se encontraba "Se me olvidó otra vez", un bolero-ranchera que mereció los plácemes del mejor compositor azteca de esa especialidad, José Alfredo Jiménez. Andando el tiempo, el neófito intérprete sería su sucesor. La historia de su apelativo artístico se condensa así: eligió el primer nombre, Juan, en homenaje a quien le enseñó a tocar la guitarra en el orfanato, y el segundo, en recuerdo de su padre, que se llamaba Gabriel.

Juan Gabriel fue a partir de los primeros años 70 el renovador de la canción ranchera a la que dotó de romanticismo, de argumentos novelescos que respondían a aquello mismo de la copla según definía a ésta Rafael de León: pequeña pieza teatral de tres minutos, con exposición, nudo y desenlace. El bolero era otra de sus bazas. Como compositor nos parece el mejor de su país en las últimas décadas, sin discusión, dentro claro está de esos géneros mencionados. Como intérprete, sin embargo, lo juzgamos afectado, grandilocuente, histriónico en muchas ocasiones. Estuvimos en su debut en España en la sala madrileña Florida Park, el 23 de junio de 1980 y así lo corroboramos. Tuvo críticas negativas y ya no intentó más hacer gira alguna en nuestro país, si la memoria no nos falla; pues insistimos en que aquí fue siempre apreciado como autor, mas no como cantante.

La primera estrella que estrenó sus composiciones fue Lola Beltrán, una de ellas la ya citada "Se me olvidó otra vez", que constituyó un singular éxito. También Lucha Villa se sumó a esa lista de artistas mexicanas que cantaron a Juan Gabriel. Hasta la legendaria María Félix lo admiraba. Pero sin duda fue Rocío Dúrcal quien más melodías dio a conocer del mexicano, a partir de 1978 con "Fue tan poco tu cariño". A partir de entonces el repertorio de la madrileña fue prácticamente con novedades que le surtía Juan Gabriel, convirtiéndola en un mito viviente en México y luego en toda Hispanoamérica. El favor fue mutuo: ella se benefició del talento del azteca y éste de las brillantes interpretaciones de la actriz-cantante. Títulos sobresalientes: "La muerte del palomo", "Fue un placer conocerte", "Fue tan poco tu cariño", "Me gustas mucho", "Cuando el destino" ,"No lastimes más", "Me nace del corazón", "Cuando decidas volver"… Y otros muchos. Porque el "tándem" Rocío-Juan Gabriel fue un "boom" discográfico, un negocio para ambos, para las editoras, para el mundo del espectáculo. Mas llegó el día en el que, como en las historias de enamorados, esa unión artística se rompió y cada uno se fue por su lado. ¿La culpa? Tal vez un malentendido, pero lo cierto es que Juan Gabriel, reconocido por sus tendencias sexuales, coqueteaba con Junior, el marido de Rocío, con miradas, con insinuaciones… Y ella se cansó de aquella situación, aunque Junior siempre negara que hubiera aceptado irse a la cama como al parecer quería Juan Gabriel. Un amante de éste, su abogado Joaquín Muñoz, contaría en su libro "Juan Gabriel y yo" que la ruptura musical entre el mexicano y Rocío fue debida "a una presunta infidelidad entre el divo y el esposo de la Dúrcal". Cuando esa publicación salió a la calle Juan Gabriel demandó por injurias a su antiguo novio.

En adelante, Juan Gabriel tuvo serios problemas porque lo vetaron en televisión y no le contrataron en ninguna editora musical. Situación que duraría ocho años. Eso le complicaron al cantante sus actuaciones cara al público. Por si fuera poco el Fisco se fijó en él. Lo acusaron varias veces de evadir impuestos y en 2005 incluso fue detenido por ello. Contraatacó él con pactos para ir pagando parte de su deuda, a cambio de apoyar a los políticos del PRI, entre ellos Carlos Salinas de Gortari.

Capítulo aparte es el de su vida sentimental. Juanga, como era llamado familiarmente, amén de ser motejado por los periodistas como "El divo de Ciudad Juárez", aseguraba ser el padre biológico de cuatro hijos: Jean, Jans, Iván y Joan. Aparte adoptó a un varón llamado como él, Alberto. La madre de aquellos cuatro niños es Laura Salas, que es quien se ha ocupado siempre de su educación y crianza. Lo que no impedía que el cantante mostrara en público de vez en cuando su cariño hacia esa prole. Fuera o no en verdad el padre biológico, lo cierto es que oficialmente consta su paternidad en el Registro Civil. Añádase a esta circunstancia que Juan Gabriel nunca ocultó su homosexualidad. Aparte de ese libro de su amante, se sabe en México que tuvo muchas amistades masculinas, novios, amantes, aunque fueran de manera ocasional. Cuando se le preguntó por primera vez en un programa de televisión si le gustaban los hombres, respondió: "Lo que se ve no se juzga".

Como artista, su entrega era total en los escenarios llegando a actuar algunas veces durante ¡cinco horas y medio! Vamos, que los recitales de Raphael son una minucia de tiempo comparándolos con los de su colega mexicano. Y era fértil e imaginativo como compositor. Isabel Pantoja, que le estrenó varios títulos, seguro que lamenta a estas horas la desaparición de su gran amigo, pues entre los proyectos que la sevillana pretendía era asentarse en la capital de México una prolongada temporada, con ayuda de Juan Gabriel. Recordemos que son de éste las canciones de ese álbum que iba a salir al mercado justo cuando ella entró en la cárcel, lo que ha retrasado la salida de aquel trabajo. Al parecer con temas que en el pasado había urdido pensando en Rocío Dúrcal.

Llevaba Juan Gabriel hacía tiempo aquejado de problemas cardíacos, aunque personas de su entorno han dicho que no solía lamentarse de ello. Un infarto fulminante se lo ha llevado de este mundo. Coincide su muerte con el final de una teleserie que retransmitía una cadena de televisión mexicana, titulada "Hasta que te conocí", biopic de Juan Gabriel, personificado por un actor colombiano. Aunque su popularidad actual no era como la que disfrutó en la década de los 70 y los 80, qué duda cabe que repasando su historial, con más de medio millar de canciones compuestas y una carrera de cerca de cincuenta años, su nombre se inscribe entre los artistas mexicanos más populares y queridos, al margen de su vida contradictoria y disipada. Valga como ejemplos el homenaje en el teatro Bellas Artes de México D.F. y el que, al conocerse su óbito, le dedicaron todos los mariachis reunidos en la conocida Plaza Garibaldi.

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