No corren buenos tiempos para Luis Rollán. Después de sus problemas de salud y la polémica por sus chivatazos a un paparazzi, el periodista tendrá que abandonar su lujoso ático en Barcelona, en el que vive con su marido Alejo Pascual, por orden de su casera.
Tal y como desveló Kiko Hernández en Sálvame, las quejas de los vecinos por el continuo ruido han provocado que la policía tuviera que personarse en la puerta de su casa en numerosas ocasiones. El jaleo se debe a las fiestas multitudinarias que el periodista celebra en su piso, por lo que su casera se ha hartado y ha puesto punto y final a relación contractual con el matrimonio.
El colaborador tendrá que abandonar la casa y tiene por delante la "desagradable tarea de hacer las maletas, no por voluntad propia, sino porque está obligado", aseguró Kiko tras la denuncia que han presentado sus vecinos ante los propietarios del inmueble.