Brigitte Bardot es un icono de belleza del cine de Hollywood, pero su vida actual esta muy distanciada de los focos. La actriz de Amor prohibido se retiró para centrar toda su energía y fuerzas de sex symbol en la lucha contra el maltrato animal.
Después de mucho tiempo sin conceder entrevistas, la actriz ha roto su silencio en una exclusiva concedida a la revista Vogue España para confesar por qué decidió abandonar su carrera para volcarse de lleno en la lucha por los derechos de los animales.
La parisina confiesa que siempre ha sentido un inmenso amor por los animales, lo que la llevó a abrir su propia fundación por lo que califica como sus derechos: "Siempre he amado a los animales. Y no tardé en darme cuenta de la lamentable situación en la que se encontraban los que aparecían en las películas; quizá ese era el destino reservado a los que participaron en las que yo trabajé. Desde entonces eso ha cambiado mucho, pero en mi época fui testigo de cosas que me retorcieron el corazón".
En su lucha como activista, Brigitte ha conseguido numerosos logros, como la prohibición del uso de pieles de foca en Francia o la creación de un santuario para los osos en Bulgaria, centrando su última batalla en nuestro país.
La actriz se ha involucrado de lleno en la lucha contra el maltrato a los galgos de caza en España y esta vehemencia es la que le ha llevado, según confiesa, a ponerse en contacto con el rey Felipe VI, sin respuesta: "Escribí una página entera al Rey y al Gobierno advirtiendo de la urgencia de la situación, y después intervine en un periódico francés para reforzar la petición. Pero nada, ninguna reacción. Aún estoy esperando una respuesta. Es inhumano e indignante por parte de España que se consienta esto" explica Bardot, una información que desde Casa Real ni confirman ni desmienten, dado que jamás revelan el nombre de quienes se ponen en contacto con ellos, pero explican que el procedimiento correcto para comunicarse con su majestad es enviando un escrito directo que, desde la Secretaría General, hacen llegar al Rey.
Sobre los festejos nacionales que incluyen la participación de animales la actriz se posiciona: "¡Y las corridas de toros! Esa monstruosa comedia donde la sangre corre a raudales; ese espectáculo mortífero creado por sádicos que disfrutan con esa tortura lenta, con la agonía de un animal magnífico, que es asesinado premeditadamente por una marioneta ridículamente disfrazada. Es un espectáculo de degenerados que debería de ser definitivamente abolido".
El activismo de la actriz la ha llevado a cambiar su vida por completo, haciéndose incluso vegetariana. Añade que jamás se ha arrepentido de dejar el cine por la defensa de los animales: "Un buen día decidí que ellos me necesitaban más que la industria del cine y nunca me he arrepentido de mi decisión. En absoluto", explica.