Toño Sanchís vuelve a ser protagonista de la actualidad del corazón. Y lo es a raíz de sus negociaciones para convertirse en una de las futuras estrellas de la próxima edición de Gran Hermano VIP.
Pero la tarea no será fácil: el antiguo representante de Belén Esteban y otros famosos ha impuesto a la cadena y la productora unas duras condiciones para entrar en la casa.
Sanchis, por ejemplo, ha exigido que ningún miembro de Sálvame participe también en la edición VIP.
Eso, naturalmente, restringe las opciones de Telecinco, que gracias a Belén Esteban convirtió la edición de hace dos años en una de las más recordadas de todos los realities de la cadena.
Si la cadena accede a las peticiones de Sanchís, ni Kiko Matamoros, Kiko Hernández o Lydia Lozano podrían aparecer en la misma edición. Ni en el programa ni en las galas o el debate. Pero tampoco Susana, su supuesta amante, podría convivir con él bajo el mismo techo.
Además, el caché que exige Sanchís no es moco de pavo. 20.000 euros por cada semana de participación en Gran Hermano VIP. Siendo el representante devenido figura del corazón una de las grandes apuestas para esta quinta edición VIP, a Telecinco podría salirle verdaderamente caro (sobre todo en el supuesto de que Sanchís no guste a la audiencia o no proporcione las previsibles polémicas).
Con quienes sí se estaría negociando es con el cantante de Operación Triunfo, Álex Casademunt, el periodista Luis Rollán, la vidente Aramís Fuster, además Oriana Marzoli y Daniela Blume.