La última vez que Tamara Falcó posó para los fotógrafos en un photocall fue en el mes de mayo, algo que empezaba a extrañar a muchos ya que la carrera profesional de la socialité y empresaria se basa en este tipo de eventos. Por eso, cuando la hija de Isabel Preysler y Carlos Falcó acudió este miércoles a los premios Marie Claire en la sala Florida Retiro, dejó sorprendidos a los presentes y no sólo por su reaparición, sino por el gran cambio físico que ha experimentado en los últimos meses.
Tamara siempre ha lucido una figura fina, por eso llama la atención verla con varios kilos de más, pero ella misma ha querido quitarle importancia a su aspecto físico. Con mucho sentido del humor, prefirió contar por qué había engordado antes de que le preguntaran. Como recoge Vanitatis, confesó que decidió acudir a un nutricionista: "Tengo un problema de tiroides", asegura, aunque "he aprendido a amar las curvas femeninas".
La hija del marqués de Griñón lució un vestido de terciopelo diseñado por ella misma y se mostró muy ilusionada ya que era una de las premiadas de la noche. Tamara, galardonada como Icono Nacional, demostró que es una de las celebridades más queridas por su simpatía y educación y porque siempre sabe sacarse de la manga un comentario divertido. Cuando subió a recoger su premio y dio su discurso de agradecimiento, dijo entre risas: "Ya sé que dicen que no se me entiende cuando hablo. Espero que hoy sí", y dio las gracias por ser considerada un icono de España.