Aída Nízar ha vuelto a la televisión con más fuerza que nunca y, tras su fugaz paso por Gran Hermano VIP, el viernes se sentó en el Deluxe para hablar sobre su paso por Guadalix, su vuelta a los platós y su guerra con Belén Esteban. La polémica colaboradora, emocionada desde el comienzo de su entrevista comentó que "no se imaginaba volver aquí, a mi casa" y explicó que "nunca he despilfarrado el dinero que gané mientras trabajé en televisión. Estos últimos años he vivido como estudiante. He aprendido italiano y árabe".
Unos años complicados para Aída, que por primera vez se mostró frágil y fracasada ante las cámaras recordando su fulminante despido tras el incidente con la embajada mexicana. "Nunca encendía la televisión. Mi madre, cuando yo llegaba la apagaba. Mi hermana Alia me dijo que me fuera con ella porque no quería que viviera sola, porque estaba mal. Pero yo no soy feliz sin la televisión" y, a su manera, pidió disculpas por algunos de sus actos: "Sé que he dicho cosas a personas que no debería".
Entre lágrimas y dando gracias a Dios, confesó que ha renunciado a novios y trabajos por tener un sitio en los platós: "Antes que tener una vida sentimental estable, prefiero seguir en la televisión. Ya he renunciado al amor por ella y lo volvería a hacer".
Su guerra con la Esteban
Llama la atención el acercamiento que tiene con Toño Sanchís desde que abandonara la casa de Guadalix, defendiendo el papel del representante en el concurso: "Toño ha sido muy ingenioso. Estuvo prácticamente solo en la casa y tras su salida, su trato con mi madre ha sido exquisito".
Y aprovechó para hacer referencia a los conflictos que mantiene con Belén Esteban desde hace años: "que me guste Toño no quiere decir que odie a Belén. La respeto porque ella me respetó a mí cuando hacía Sálvese quien pueda. Si tenemos algo, que lo resuelvan los juzgados". Eso sí, lanzó una afirmación dirigida a la princesa del pueblo: "Belén le debe su éxito a Toño Sánchís. Ella para mí no existe" y que promete tener respuesta en los próximos días.