Humillaciones, desplantes... las consecuencias de ser una Trump

El apellido Trump siempre ha estado ligado al dinero y al éxito, pero desde que Donald Trump se convirtió en el 45.º presidente de Estados Unidos, los más críticos aprovechan la mínima oportunidad para juzgar todo lo que le rodea, incluida su familia. La última ha sido su hija Tiffany Trump, fruto del segundo matrimonio del presidente con Marla Maples.

La joven de 23 años, muy aficionada a la moda y habitual en los desfiles, acudió a la Fashion Week de Nueva York invitada por el diseñador Philipp Plein. A pesar de que confirmó su presencia minutos antes de que comenzara el evento, Tiffany acudió escoltada por agentes secretos, pero parece que algunos no querían tenerla demasiado cerca. Alyssa Vingan Klein, editora del portal fashionista.com, contó en Twitter que algunos editores asistentes dejaron sus asientos vacíos para no sentarse con una Trump.

Christina Binkley, columinsta de Wall Street Journal captó el momento en el que se ven los huecos al lado de la joven. El propio diseñador quiso pronunciarse ante la incómoda situación: "Tiffany no se merecía ser humillada. Odiad al hombre, vale, pero odiar a la hija es simplemente detestable", dijo en declaraciones al portal TMZ.

Tiffany no es más que la siguiente en la cadena de desaires que están viviendo las Trump en los últimos meses. Ivanka, ojo derecho de Donald Trump y dueña de un imperio de moda y lujo está viendo cómo la marca de ropa que lleva su nombre se desploma en ventas, motivo por el que los grandes almacenes de lujo Nordstrom retiraron sus prendas. Sin embargo, el propio presidente denunció un boicot y salió en defensa de su hija denunciando en su cuenta personal de Twitter el trato injusto hacia Ivanka.

La última "provocación" de la hija favorita de Trump fue publicar en sus redes sociales una fotografía en la que aparece sentada en el Despacho Oval custodiada por su padre y el primer ministro de Canadá Justin Trudeau. "Una gran discusión con dos líderes mundiales sobre la importancia de que la mujer tenga un asiento en la mesa", un claro guiño al empoderamiento femenino por el que, sin embargo, le han llovido las críticas. La imagen fue tomada después de que Trump y Trudeau participaran en una mesa redonda con líderes empresariales y emprendedoras, entre las que se encontraba ella, pero muchos consideran que no merece la importancia que está cobrando en los asuntos de la Casa Blanca.

Mientras, la mujer del presidente vive alejada de Washington. Melania Trump optó por quedarse en Nueva York con su hijo Barron, pero antes de comenzar el mandato de su marido, fue la primera en vivir lo que implica llevar el apellido Trump. Varios diseñadores anunciaron desde un principio que se negarían a vestir a la nueva primera dama en los actos oficiales de toma de posesión del mandato del presidente. Tom Ford, Marc Jacobs o Sophie Theallet se negaron, otros como Tommy Hilfiger, Carolina Herrera y Diane von Fürstenberg no dudaron en mostrarle su apoyo. El boicot, merecido o injusto, es real.