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Isabel Pantoja enseña más de la cuenta en su triunfal regreso a Chile

Reunió a más de 15.000 personas en la tercera jornada del Festival de la Canción de Viña del Mar, donde tuvo un descuido y enseñó la ropa interior.

Reunió a más de 15.000 personas en la tercera jornada del Festival de la Canción de Viña del Mar, donde tuvo un descuido y enseñó la ropa interior.

Isabel Pantoja se reencontró esta semana, tras su paso por la cárcel, con su público latinoamericano en la tercera jornada del Festival de la Canción de Viña del Mar con un sentido y triunfal homenaje a su amigo el cantante Juan Gabriel, que falleció el agosto pasado. Más de 15.000 personas coreaban el nombre de la tonadillera en el Coliseo de la Ciudad Jardín en Chile, que demostraron el seguimiento incondicional que tiene la cantante al otro lado del charco.

Pantoja, armada con su sonrisa a prueba de bombas, salió al escenario con diez minutos de retraso, como toda diva que se precie, y con la cabeza bien alta. Al igual que en sus conciertos de Madrid y Barcelona, una orquesta de casi cien personas la acompañaban sobre el escenario. "Muchas gracias, Juan Gabriel, te quiero hasta la eternidad", fueron las primeras palabras de la cantante". "Soy una mujer de poco hablar, pero sí quiero dar las gracias infinitas por haberme dado la oportunidad de, por primera vez en mi vida, poder pisar La Quinta Vergara. Hoy puedo cantar.Hasta que Dios me lo quite, es lo único que quiero seguir haciendo", dijo emocionada.

El repertorio, el mismo que en sus conciertos en España, desde los éxitos de Juan Gabriel que ha reinterpretado en su nuevo disco a sus grandes éxitos como "Marinero de luces", "Era mi vida él" o "Se me enamora el alma". Pero uno de los momentos más especiales llegó cuando la cantante buscó entre el público a sus hijos, Kiko Rivera y Chabelita, para agradecerles que hubiesen ido por sorpresa a Chile para acompañarla en el concierto y el día 5 de marzo en su espectáculo en Santiago.

Además, hubo un enfado con el jurado del festival, que se puso a hablar y a utilizar el teléfono mientras ella cantaba: "Hay muchos sitios para hablar, no la primera fila. Y a una artista, sea quien sea, hay que respetarla. Los amores vienen un poquito más tarde, y las risas, los móviles y todo lo demás. Para todo hay tiempo. Mientras esté cantando, pido en nombre de todos los artistas que tengáis un poquito de respeto".

La anécdota de la noche fue el momento en el que, por la emoción durante uno de sus bailes, levantó su vestido más de la cuenta, dejando que los chilenos viesen su ropa interior.

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