La pamplonica Sofía Suescun, ganadora de Gran Hermano 16, se desnuda en Interviú y concede una jugosa entrevista en la que no se muerde la lengua. Dice no estar muy segura de cuál será su futuro, ya que cambia de opinión casi cada día. "Tengo aparcados los estudios de Psicología. Algo debo hacer porque no me gusta sentirme improductiva", dice al respecto.
En todo caso la joven no ha parado de trabajar desde que salió de Gran Hermano, que conserva su empuje... pero se necesita algo más para perdurar. Por eso, una vez pasó la tormenta mediática del reality, Sofía comenzó como tronista. "GH da para vivir una temporada", pero no mucho más: "Yo he ahorrado todo y no me he gastado nada". "Soy antialcohol, antidrogas, antitodo. De noche no me gasto ni medio euro".
No descarta, por eso, dedicarse a otro trabajo más discreto. "Tengo aparcados los estudios de Psicología. Algo debo hacer porque no me gusta sentirme improductiva". No obstante, y cuando le preguntan por Supervivientes, que está a punto de comenzar, no le hace ascos en absoluto. De hecho, critica que otras sigan la moda de ingresar en un reality con su madre, cosa que inició ella: "La madre de Alba Carrillo no tiene comparación con mi madre [Maite Galdeano], que es un pibón. Ella me transmitió muy malas sensaciones en su entrevista en Deluxe y la Carrillo lo mismo: es una pija consentida".
A sus 20 años, Sofía se muestra muy crítica con el mundo del espectáculo. "En Madrid no se me ha perdido nada. Muchas se creen famosas y lo único que hacen es salir por la noche y que las dejen entrar gratis en las discotecas". Y no solo reparte contra Alba Carrillo, también contra Ylenia Padilla, con quien mantiene una larga disputa y de la que piensa que "no es mala chica, pero creo que tiene un pequeño desequilibrio en la cabeza. Se la ve muy acomplejada".
¿Y en qué quedó su tórrida relación con Suso, de GH? "Ninguna relación. Es el primer chico del mundo que me dijo que no", reconoce sin vergüenza. Después conoció a Hugo en MHYV, nueve meses de amor en los que todo ha ido de maravilla. Tanto, que no para de colgar fotos ardientes en Instagram, que los responsables de la red social le censuran: "¡Me censuran niñas envidiosas! Tampoco es que me pase de vulgar como otras, yo subo cosas preciosas: mi cara y mi cuerpo".