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¿Le interesa a TVE volver a ganar Eurovisión?

Después de 48 años sin repetir las dos únicas victorias de representantes españoles. 

Después de 48 años sin repetir las dos únicas victorias de representantes españoles. 
Manel Navarro | Cordon Press

Podrá parecer sorprendente el interrogante. Y cualquiera que en esta noche del sábado 13 mantenga la lógica ilusión de que Manel Navarro se alzara con el triunfo siempre soñará con la mejor puntuación de nuestro representante. En el mundo del deporte se recuerda aquella definición del Barón de Coubertín: "Lo importante no es ganar sino participar". Puede que esa máxima la mantengan los responsables de Televisión Española, encargada de los eventos musicales, muy en concreto el Festival de Eurovisión, que camina por su sesenta y dos ediciones. En las cinco primeras España no tomó parte, hasta que en 1961 Conchita Bautista defendió muy dignamente "Estando contigo", canción del entonces primerizo estilo pop ye-yé, no obstante quedar en sexto lugar. Y, lo que son las cosas de la música comercial: es uno de los temas eurovisivos que han traspasado el túnel del tiempo y su estribillo pegadizo aún se recuerda, después de que lo popularizara Marisol primero en una de sus películas y luego en disco. Por cierto que en aquel certamen la estrella sevillana lució un vestido que le prestó Carmen Sevilla, quien se casó ese mismo día en Zaragoza con Augusto Algueró y éste no pudo dirigir la orquesta del Festival, como en principio estaba previsto. Conchita Bautista volvió a interpretar otro estreno del prolífico compositor barcelonés en 1965, "Qué bueno, qué bueno", lleno de ritmo digamos pop andaluz, con el que tuvo mala suerte, al clasificarse en último lugar. Pero aunque no superó la difusión de "Estando contigo" sería con el paso del tiempo una de las canciones más conocidas de su repertorio. Ella fue la primera artista de la copla en modernizar su estilo. En los dos años siguientes Raphael, que era entonces nuestro primer cantante internacional, dejó para la historia de este certamen dos temas de su entonces exclusivo compositor, Manuel Alejandro, que marcarían la carrera del linarense: "Yo soy aquel" y "Hablemos del amor". Cincuenta años después aún continúa interpretándolos, para unas generaciones muy diferentes en sus gustos musicales.

El régimen franquista recibía de la prensa internacional por aquellas calendas no pocas críticas centradas en la falta de libertades. En plena política iniciada por quien entonces pasaba por ser nuestro ministro más liberal, Manuel Fraga Iribarne, queriendo potenciar el turismo español encontró en el Festival de Eurovisión el trampolín más mediático para sus propósitos. La consigna era intentar ganarlo. A tal fin se dedicaron con ahínco el entonces director general de Televisión Española, Juan José Rosón y un realizador austríaco nacionalizado español, Arthur Kaps, que tenía importantes contactos en las televisiones europeas. Éste, consiguió la promesa de varias de ellas, las centroeuropeas sobre todo, de que nos votarían favorablemente. ¿A cambio de qué? Pues de comprarles un montón de programas, algunos pesadísimos documentales, que ni siquiera se programaron. Jugábamos con la participación de un cantautor todavía no muy conocido en toda España, salvando su Cataluña natal, Joan Manuel Serrat. Los componentes del Dúo Dinámico, Manuel de la Calva y Ramón Arcusa resultaron elegidos como autores de "La,la,la". Harto se ha repetido que Serrat, a una semana de que tuviera lugar el evento, se descolgó con que si no le dejaban interpretar su versión en catalán de aquella melodía, no acudiría. A esa decisión lo obligaron ciertos sectores nacionalistas, entre los que suponemos se encontrarían no pocos separatistas. Si Joan Manuel hubiera mantenido esa misma negativa, lo natural era que lo confesara en el momento de ser seleccionado, y no después. Como quiera que su casa de discos había invertido una considerable cantidad en promocionar al "Noi", en la dirección general de Televisión Española encontraron razonable que otro artista de la misma empresa ocupara el puesto rechazado por Serrat. Lo que posibilitó que Massiel, aquellos días de gira por México, fuera invitada, deprisa y corriendo, a que volviera a España, se aprendiera "La,la,la" y acudiera la noche decisiva de Londres. Donde ganó a un desconsolado veterano Cliff Richard, que estaba convencido de su triunfo con "Congratulations". La pregunta que sigue en el aire cuando se recuerda en alguna tertulia es si Joan Manuel Serrat se habría alzado con el primer puesto, Al fin y al cabo, como mantuvieron siempre Manolo y Ramón, el festival era de canciones, y ellos, como autores, fueron los que aparecieron aquella noche triunfal en el escenario del Albert Hall para recoger el premio. Y Massiel, desde entonces, con su guadianesca carrera artística, ha seguido siendo recordada como la cantante que por fin logró para España ganar el entonces aquí muy celebrado Festival de Eurovisión.

Como país ganador, al año siguiente España estaba obligada a organizar la nueva edición. Se eligió Madrid y el teatro de la Ópera como escenario. Con las consignas del Ministro Fraga Iribarne, Televisión Española se volcó para, con un elevado presupuesto, hacer frente no sólo a los gastos habituales entonces para cualquier otra televisión europea, sino para que, sobre todo las delegaciones presentes de los países participantes y un numeroso número de enviados especiales de los más importantes medios de comunicación gozaran no sólo únicamente de la tradicional hospitalidad española, sino de costosas fiestas en su honor y valiosos regalos. Así se pretendía que el nombre de nuestro país se divulgara para satisfacción de los rectores del turismo y en las crónicas periodísticas se diluyera un tanto las hasta entonces permanentes críticas al régimen. Lo sorprendente es que un año más tarde, en 1969, España ganara otra vez el Festival, con "Salomé" y su "Vive cantando", sólo que compartiendo ese primer puesto con las representantes de Gran Bretaña, Francia y Holanda. Desde entonces España no volvió jamás a lograr otra victoria.

Sí que en otras ocasiones estuvieron muy cerca de revalidar aquellos dos éxitos. Fue, primero en 1971, con Karina y en "Un mundo nuevo". Estuvimos presentes en aquel teatro de Dublín donde se celebró el Eurofestival. No habíamos abandonado aún el local cuando cerca de la salida escuché de boca del representante de Televisión Española, un alto ejecutivo cuyo nombre prefiero silenciar, la siguiente exclamación seguida tras un bufido que lo tranquilizaba: "¡Uff!, menos mal que no hemos ganado". Pasé de puntillas para que no se dieran cuenta de que yo había escuchado aquella sentencia. En el medio periodístico donde yo trabajaba entonces ni se me ocurrió insinuar aquello. Tal vez me habría jugado el puesto. Y en España miles y miles de telespectadores entusiasmados para que ganara Karina, ignorando esos deseos de los capitostes del Ente Público. También en 1973 se rozó la hazaña, con Mocedades interpretando maravillosamente "Eres tú", de Juan Carlos Calderón. Para mí, la mejor canción con la que ha competido Televisión Española en toda su historia. Quedamos segundos, a pocos puntos de la ganadora, Anne-Marie David, que participaba en Luxemburgo, su país.

Tuvieron que transcurrir seis años para que en 1979 Betty Misiego venciera con "Su canción". Por entonces todos los jurados votaban en directo. España iba en primer lugar. Faltaba una última votación: la del jurado español. Que podía votar a quien quisiera… Lo que nadie esperaba es que diera sus máximos votos al país que iba detrás, Israel, con Milk and Honey. ¿Qué pasó? Muy poco antes de que España votara se recibió una llamada desde el Palacio de la Moncloa –¿del mismísimo Presidente Suárez?– adonde se encontraba el jurado español. No interesaba ganar. Era invertir al año siguiente una ingente cantidad de dinero que al Gobierno y a su partido UCD no le interesaba. Aquello de potenciar el turismo español en tiempos de Fraga había pasado a la historia. En 1995 Anabel Conde logró asimismo el segundo lugar con "Vuelve conmigo". Y ya no tuvimos más oportunidades tan cercanas. ¿Qué fue de algunos de sus participantes en las últimas ediciones? Las Ketchup ("Aserejé") se disolvieron, lo mismo que D´Nash y El Sueño de Morfeo. "Rodolfo Chiquilicuatre" era un actor, David Fernández, al que contrataron para aquella patochada, según ocurrencia del imaginativo Santiago Segura y otros socios. Y Soraya, Daniel Diges, Lucía Pérez, Ruth Lorenzo y Edurne, respectivamente, siguen en activo: como representante del pop dance, actuando en grandes comedias musicales ("Los Miserables"), en frecuentes apariciones en "Luar", de la televisión gallega, o en las más recientes producciones de "Tu cara me suena" y "Got Talent España".

¿Qué podemos esperar del papel que haga Manel Navarro este sábado 13? Ya de por sí su elección estuvo rodeada de cierto escándalo, cuando buen número de votantes en la preselección de aspirantes preferían a la sugestiva Mirela. El voto final de uno de los tres jurados, decidió que aquel fuera el elegido. La causa del lío originado después era que ese último miembro del jurado era un buen amigo del cantante, crítico musical. Manel Navarro es un veinteañero de Sabadell que dejó hace un par de años de jugar al fútbol para marcharse a Londres a componer canciones. Y lo hace habitualmente en inglés, idioma del tema con el que concurre ahora: "Do it for your love". ¿Por qué no concurrir cantando en español, en castellano? Cierto que la mayoría de los países rivales lo hacen también en ese idioma. Pero ¿es que los quinientos millones que tenemos de lengua el español de Cervantes no son razón suficiente para que no se nos desestime en este caso? Televisión Española tiene un presupuesto. Sí, de parte de lo que pagamos con nuestros impuestos todos los españoles. Y esto, por muy criticable ya en infinidad de medios, no es una barata demagogia. ¿Por qué consienten que se cante en inglés despreciando el español? ¿Simplemente para competir en igualdad de condiciones idiomáticas de los demás concursantes? A lo mejor a los rectores de Prado del Rey y a los que se sientan en los despachos del Pirulí les da igual porque, posiblemente, ni siquiera aspiran a que ganemos. No estamos para tirar de más euros inútiles en estos tiempos de políticos desnortados y presencia continua en los tribunales de los que "pusieron el cazo para llevárselo crudo".

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