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¿Odia Melania a su marido Donald Trump?

Los viajes internacionales del matrimonio Trump de esta semana han vuelto provocar el debate de si la primera dama está realmente enamorada.

Los viajes internacionales del matrimonio Trump de esta semana han vuelto provocar el debate de si la primera dama está realmente enamorada.
El matrimonio Trump, durante la investidura del pasado enero | Cordon Press

Desde que Donald Trump llegó a la Casa Blanca, su mujer Melania se convirtió en el centro de las miradas. La primera dama reside en Nueva York con Barron, el hijo del matrimonio, pero terminado el curso escolar, está previsto que se instalen de forma definitiva en Washington. Melania cumple estrictamente con la agenda oficial del presidente, pero esta semana ha vuelto a cobrar fuerza la teoría que asegura que la exmodelo, en realidad, odia a su marido.

Este lunes, los Trump fueron recibidos en el aeropuerto de Tel Aviv por el primer ministro de Isarel Benjamin Netanyahu. Su llegada fue tratada con honores y se desplegó una alfombra roja, pero nada más poner el pie en suelo israelí, las cámaras captaron el gesto más comentado. Donald Trump le extendió la mano a su mujer para caminar juntos, pero ella la rechazó dándole un manotazo. El momento se volvió viral enseguida en las redes sociales y la historia sigue.

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Tan sólo dos días después, los Trump viajaron a Roma para cumplir con su visita al papa Francisco. Al bajar del Air Forece One, el presidente quiso coger la mano de su mujer, pero ella rápidamente retiró la suya para recogerse un mechón de pelo que el viento le había llevado hacia la cara. Aunque este gesto fue más sutil y casual, la proximidad de ambos incidentes ha despertado todo tipo de comentarios.

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Es cierto que Melania no es la mujer más expresiva del mundo, manteniendo un comportamiento tan correcto que llega a resultar frío. A pesar de que llevan 12 años casados, la tesis de que no está enamorada empezó a desarrollarse después de la investidura de Trump como presidente de Estados Unidos, cuando los gestos de la nueva primera dama se interpretaron como tristes. Incluso el hashtag #freeMelania –algo así como "liberad a Melania"–, se volvió muy popular.

De entre todas las imágenes captadas aquel día, una trascendió de forma especial. Durante la intervención de Franklin Graham, Donald Trumo se giró para hacer un comentario a su mujer y su hija Ivanka, buscando la complicidad de ambas. Aunque las dos le devolvieron la sonrisa, Melania cambió bruscamente el gesto dando paso a un rictus que fue interpretado como de cierto odio o desagrado. Mucho se especuló en aquel momento sobre la posibilidad de que el vídeo estuviera trucado y se estuviera reproduciendo sin sonido y al revés, pero como en Twitter todo acaba sabiéndose, el vídeo real de aquel momento desveló que aquello ocurrió de verdad. No hay forma de saber si los gestos de Melania se exageran o se sacan de contexto, pero la lista cada vez es más larga y en redes sociales no se pasa una.

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