Quizá para evitar que Alba Carrillo se convierta en el mueble más caro de Supervivientes, la organización se prepara para darle un giro inesperado a la madrileña y todo lo que está haciendo (o no haciendo) en el programa desde que su madre, Lucía Pariente, saliese del mismo.
Y es que Alba Carrillo no está resultando la concursante más activa y polémica, tal y como se esperaba. Una vez fue expulsada su madre, con la que formaba equipo tanto a la hora de discutir con otros (en la memoria queda su monumental gresca con la hija de Ortega Cano) como entre ellas, el ánimo de Alba decayó hasta el punto de que otros como Gloria Camila u Oriana le han comido la tostada.
El futuro de Carrillo, que está nominada para quizá abandonar la isla esta semana, está en el aire. Si resulta expulsada tras la nominación de Alejandro, Alba iría de cabeza a la cabaña donde se encuentra Kiko, el novio de Gloria Camila, con quien la modelo ya tuvo sus más y sus menos en la discusión más explosiva que ha tenido en esta edición de Supervivientes.
A ello se añaden los cambios que se le avecinan a Alba, demasiado acomodada y tranquila. Y es que su madre, Lucía Pariente, se dispone ya a regresar al concurso en el nuevo papel de concursante "fantasma", después de que quien hasta ahora ejercía esa función, Oriana, decidiese a su vez a hacer las maletas. De modo que si Alba es expulsada a la cabaña, a quien se encontrará de manera totalmente inesperada será a su propia madre.
De modo que la participación de Alba en el reality que se desarrolla en Honduras podría acabar tal y como comenzó, mano a mano con su polémica madre.