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Bertín Osborne renunció a ser "otro Julio Iglesias" y se quedó en casa con su familia

Bertín renunció a la posibilidad de triunfar en el extranjero y eligió quedarse con su familia. 

Bertín renunció a la posibilidad de triunfar en el extranjero y eligió quedarse con su familia. 
Con Sandra Domecq y su hija Alejandra | Cordon Press

Los cantantes melódicos españoles envidiaban a Julio Iglesias, cuando éste, mediados los años 70 despegó internacionalmente y se afincó en Miami. Bertín Osborne, hubo determinado momento de su carrera que trató de imitar, no su voz y su estilo, pero sí su estrategia para conquistar el mercado musical norteamericano, que podía convertirlo en multimillonario también. En un viaje a París, donde yo tenía concertado un reportaje con Julio, coincidí en el avión con el mánager de Bertín, Tony Caravaca, que iba a reunirse con su pupilo. Me invitó a cenar en "Chez Castell", cuya puerta nos franqueó su relaciones públicas, viudo de Romy Schneider, Daniel Biassini. Bertín Osborne acudió acompañado de una rubia preciosa. Hablamos sobre la carrera de Julio Iglesias y el madrileño-jerezano, que lo envidiaba, me pidió que le transmitiera al día siguiente mis saludos. Aceptó Bertin que le hiciéramos una foto con su invitada y se perdió abrazado a ella camino de su hotel. Unos días después, ya en Madrid, llamó a mi despacho para rogarme que no publicara aquel carrete con la rubia nórdica. Temía que su entonces primera esposa, Sandra Domecq, le armara una bronca. Era consciente de que el cantante le era infiel. Poco tiempo después se dijeron adiós.

Cuento esta introducción para fijar la personalidad de un intérprete inseguro ante su futuro, con la idea de afincarse en Miami como Julio Iglesias, que continuaba siendo un incorregible donjuán hasta costarle la felicidad de con una maravillosa mujer jerezana que, durante los doce años que duró su unión le había dado tres hijas y cuya muerte, aun ya divorciados, le heló su dolorido corazón. Y sí, estuvo un largo tiempo en Miami, donde no consiguió desplazar a Julio Iglesias de su cetro ni tampoco convertirse en el ídolo que soñaba para la comunidad hispanoamericana. Pero aprovechó su estancia para conquistarse a la tenista Gabriela Sabatini y a una modelo escultural, que tenía diecisiete años menos que él, de nombre Arianne Brown. Estuvo a punto de casarse con ella.

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Bertín, en los ochenta | Archivo

Transcurría el año 1986 cuando Bertín Osborne recurrió a Alfredo Fraile para que llevara sus asuntos artísticos, ya que había roto su relación profesional con Julio Iglesias, al que elevó a lo más alto que pudo en el "ránking" de los más cotizados cantantes. Alfredo se lo pensó más de una vez, puesto que estaba cansado del mundo de la farándula, y acabó complaciendo a Bertín, al menos durante unos cuantos meses. Sin comprometerse a ser su representante, aunque llevándolo a Los Ángeles para presentarle a quienes podían auparlo al estrellato. Departamentos de relaciones públicas, despachos de agentes importantes de comunicación en los medios norteamericanos y una destacada firma discográfica, Capitol Récords, con la que Bertín firmó un sustancioso contrato para grabar un disco en inglés, idioma que ya dominaba, desde luego con más conocimientos en dicha lengua que su colega Julio Iglesias, por lo menos en un mejor acento yanqui.

En esa parte de lo convenido, Alfredo Fraile se despidió amistosamente de Bertín, dejando que en adelante buscara a alguien que lo ayudara a seguir luchando en pos de ese liderazgo soñado. Logró estar invitado un fin de semana en la residencia de Frank Sinatra. Y obtuvo algunas metas que sin los consejos de Fraile no habría alcanzado. Pero, resumiendo: le fue bien, no lo suficiente, pero positivo. Y no quiso continuar residiendo en los alrededores de Hollywood para proseguir la lucha, sencillamente porque deseaba volver a España y olvidarse de aquellos sueños que podían acercarle al paraíso de Julio Iglesias.

Alfredo Fraile recordaba esa etapa junto a Bertín Osborne, y espigo de sus comentarios cuanto sigue: "Bertín es una persona que de lejos causa impresiones equivocadas. Quien no lo conoce puede pensar que es un señorito andaluz estirado y engreído, pero es todo lo contrario. Más que señorito es un gran señor. Y lejos de dárselas de nada es uno de los seres más humildes y entrañables que he tratado… Tanto los logros que alcanzó como las metas que dejó por cumplir, que no fueron pocas, pues el camino que el cantante quería iniciar era muy duro y, llegado un momento, tuvo claro que prefería estar cerca de los suyos antes que convertirse en una estrella mundial de la canción… El éxito que buscaba exigía importantes renuncias. Lo probó durante un tiempo hasta que vio que aquel sacrificio era demasiado grande…"

Era, exactamente, lo contrario que había hecho Julio Iglesias, quien para alcanzar la gloria echó por la borda su matrimonio con Isabel Preysler, ya desgastado por cuanto él la engañaba; no veía apenas a sus tres hijos; por supuesto se alejó de familiares y amigos, y aunque propalara a los cuatro vientos que llevaba a España en el corazón, lo cierto es que permanecía fuera de nuestro país meses y meses sin pisarlo. ¿Qué ha entendido Bertín Osborne al respecto? Que le resultaba más de acuerdo con su forma de pensar permanecer más tiempo en España, en Madrid y Jerez y Sevilla, sus tres ciudades favoritas, entre amigos, degustando marisco, pescaíto frito, jamón pata negra, todo más acorde con su manera de ser, sus costumbres, su cultura, el ocio… Lo que ni en Los Ángeles, ni en Miami o en Punta Cana, por no seguir citando los lugares donde ha vivido casi siempre Julio Iglesias, podía disfrutar en términos generales.

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Con su esposa Fabiola | Archivo

Alfredo Fraile recuerda que años después se reencontró con Bertín Osborne, le produjo unos programas para Telemadrid, "Latinos", con el objetivo de promover la integración de los latinos residentes en España, donde colaboró activamente Fabiola Martínez, su actual esposa. "Cuando he conocido los problemas de salud de su hijo, me han confirmado la impresión de gran persona que siempre he tenido de él. Creo que sus sufrimientos lo han hecho madurar y aumentar el perfil humano de su personalidad, que ya antes era grande". Bertín, cumple 64 años este jueves, 7 de diciembre. ¡Felicidades!

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