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Se cumplen 50 años del debut de Tip y Coll como pareja

Actuaron juntos durante 25 años. Su debut se produjo hace ahora medio siglo. 

Actuaron juntos durante 25 años. Su debut se produjo hace ahora medio siglo. 
Tip y Coll | Efe

Luis Sánchez Polack, Tip, y José Luis Coll García, formaron la más explosiva pareja de humor que ha habido en España. Por un lado, el primer local en el que como dúo dieron rienda suelta a sus descacharrantes diálogos cómicos trufados de argumentos y vocabularios absurdos fue la sala de fiestas del bilbaíno hotel Aránzazu. Pero de lo que no nos cabe duda es de que fue un magnífico realizador de televisión, Fernando García de la Vega a quien se le ocurrió reunirlos en el programa de Televisión Española "Galas del Sábado", pues hasta entonces, hace de esto ahora justamente cincuenta años, en 1967, cada uno actuaba por su cuenta, en diversos cometidos, aunque como referiremos en varias ocasiones coincidieron en los escenarios. Hasta que, por decisión de Tip, rompieron civilizadamente su unión artística, se mantuvieron juntos en activo un cuarto de siglo. Respetándose mutuamente fuera de sus actuaciones dado que, no sólo que su respectiva idiosincrasia eran muy diferentes, sino también por razones de su ideología política, dando con ello una lección de comprensión. Que tuvieran algunas grescas, no nos impide asegurar que supieron llevar su convivencia con absoluta cordura.

Tip había nacido en Valencia en 1926. Y Coll en Cuenca cinco años más tarde. El primero de los citados ingresó en el cuadro de actores de Radio Madrid en 1946 y allí pasó largas temporadas donde desarrolló su extraordinaria vis cómica, con sus geniales improvisaciones las más de las veces, sobre todo al formar con Joaquín Portillo la pareja Tip y Top. Que se deshizo en 1960. Portillo me contó que debía cuidar de su esposa enferma, lo que le impedía continuar su trabajo en la radio y mucho menos salir de gira con su compañero. Por su parte, José Luis Coll, huérfano de padre, con su madre residiendo en Argentina, fue educado y criado por sus abuelos. Sus primeros trabajos fueron en un diario local, en la radio y en la Comisaría de Abastos. Alentado por César González-Ruano sentó sus reales en Madrid tras casarse, para vivir unos años en condiciones modestas en pensiones de la calle del Arenal y Montera, según recordaba recientemente su hijo Mario. Escribía artículos, hacía pequeños papeles en el cine, el teatro, la televisión… Hasta que poco a poco fue haciéndose un hueco en el siempre difícil mundo de la farándula.

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Tip y Coll coincidieron como actores en 1963 en las representaciones de la comedia El sueño de unos locos de verano. Dos años más tarde se reencontraron en otra, Golfus de Roma y en sucesivas temporadas teatrales en otros estrenos y hasta en el circo de Price en el espectáculo De Madrid al cielo. Y ya en 1967 es cuando surge la pareja cómica con guiones escritos al alimón. Se reunían en la cafetería de un hotel tranquilo de la calle de Alcalá, cerca del Retiro y allí preparaban sus "sketchs" para grabarlos días después en Prado del Rey, y los que utilizaban en sus espectáculos en salas de fiestas. Quedó para el recuerdo uno de ellos: la fórmula para llenar desde una jarra un vaso de agua. Hasta 1963 la pareja estuvo unida. Y protagonizaron dos películas: "La garbanza negra que en paz descanse" y "El sexo ataca". No obstante aquella ruptura, ambos coincidieron con otros humoristas en las tertulias dirigidas por Luis del Olmo en su programa radiofónico "Protagonistas", "El estado de la nación".

Me contó José Luis que la primera vez que vio al que iba a ser su compañero, Tip, durante tantos años, fue en una "tasca" madrileña de la calle de la Ballesta, a finales de los 50. Solían coincidir a menudo en otros bares donde Luis, bebedor habitual de cerveza, se jugaba a "los chinos" el importe de sus consumiciones. Dada la penuria que entonces padecieron –en el decenio siguiente empezaron a ganar ya un buen dinero, que los situó en una envidiable posición económica- confesaban haberse ido sin pagar de muchos establecimientos, inclusive llevándose las propias que otros clientes habían dejado en los platillos. Por cierto: Tip jamás tomaba aposento en ningún bar y se mantenía hasta varias horas seguidas de pie.

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En las funciones teatrales, Tip inventaba situaciones ajenas al guión, tan disparatadas como aquella en la que sin venir a cuento le soltó a Coll que por qué era pequeñito, a lo que éste, tras superar unos segundos su lógica confusión, se abrazó a Luis, que hacía de médico, gritándole: "¡Doctor, sálveme!". Pero Tip, retrucó: "Lo siento, su caso es de enanez progresiva y no tiene solución". Ya en la calle, era difícil que Tip mantuviera una conversación seria más de tres minutos; siempre estaba fraguando alguna ocurrencia disparatada. A Tip le dedicaron un homenaje en el barrio madrileño de Salamanca, donde vivía. Al que asistió, sorprendentemente, el, Rey Juan Carlos. Al acercarse, Tip le dijo: "Yo a ti te conozco… ¡Claro, de la tele!". Y el monarca se partía de risa, claro. Fuera de las bromas y chirigotas que Tip y Coll protagonizaban, muchas de ellas entre sí, cada uno como decíamos al principio tenía un carácter muy diferente. Coll le acusaba de llegar tarde a las citas, incluso al trabajo: una vez, cuando lo esperaban para grabar un programa y Coll se mordía los dedos, apretando el guión que tenían que desarrollar ambos, Tip compareció como si nada un minuto antes de la hora convenida. Dos veces, sí, se enfadaron en privado. Pero aunque no me contaron por qué fue, lo cierto es que continuaron después como si nada hubiera ocurrido.

"Con Tip –me comentaba Coll- por mucho que nos separasen tantas cosas, era difícil enfadarse para siempre. Nunca lo olvidaré. Sigo soñando con él. Como si no hubiera muerto". El día que me hizo tras una sobremesa aquella reflexión, no hacía mucho que Luis Sánchez Polack había fallecido, el 8 de febrero de 1999. Sufrió el año anterior un ataque cerebral, consecuencia del cual quedó postrado en silla de ruedas, con gran dificultad de movimientos, pérdida de memoria y del habla durante varios meses. Era un tipo, sencillamente, genial. Cuando se fue su compañero, José Luis Coll llevaba algún tiempo actuando él solo o contratado en alguna función teatral. Pero ya su vida, en todos los sentidos, fue diferente. Se marchó de este mundo el 23 de mayo de 2007. Aquellos veinticinco años juntos, integrando la más popular de las parejas de humor que ha habido en España, resultaron inolvidables

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