En plena vigencia del artículo 155, con la administración autonómica controlada por el Gobierno de España, en las más adversas condiciones posibles y en plena polémica por los mensajes derrotistas de Puigdemont al indiscreto Antoni Comín, la esposa del expresidente catalán, Marcela Topor, la del también expresidente Mas, Helena Rakosnik, y la expresidenta del Parlament y diputada de ERC Carme Forcadell disfrutaron ayer por la tarde del desfile del diseñador valenciano Miquel Suay, con quien las antedichas posaron en el photocall de la pasarela.
La presencia de las tres "presidentas" fue muy comentada por los asistentes a unos desfiles cuya animación contrasta con la autoritaria y asfixiante aplicación, según los separatistas, del artículo 155 y las horas críticas en el Parlament y en el hotel President de Bruselas. Son "los últimos días de la Cataluña republicana" chatea un abatido Puigdemont. Un día después, en plena tormenta política por la difusión de los mensajes, Marcela Topor, de negro, sonríe tímida ante la cámara de la organización del evento apoyada por la mujer de Mas, que luce un conjunto de chaqueta y pantalón de seda y terciopelo, y Forcadell, que no se olvida del lazo amarillo en recuerdo de los presos.
Sigue el bloqueo. Incertidumbre máxima. El expresidente se considera traicionado, sometido a tal campaña de calumnias que deberá dedicar el resto de su vida a restaurar su reputación. De eso se hablaba en los desfiles. Algunos diseñadores introdujeron el elemento lazo y el color amarillo en la pasarela. Es la "080 Barcelona Fashion" más reivindicativa.