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Rosa Belmonte

Hacer a Nixon, hacer a Ayuso

Roger Ailes sabía más de manipulación política y propaganda que Goebbels. Mucho mejor que Iván Redondo y Miguel Ángel Rodríguez.

Roger Ailes sabía más de manipulación política y propaganda que Goebbels. Mucho mejor que Iván Redondo y Miguel Ángel Rodríguez.
Ayuso y Pedro Sánchez | CAM

La televisión no es un truco, un artilugio, un ardid, una trampa, una treta. Aunque pueda serlo. Un 'gimmick’, dijo Richard Nixon que era y Roger Ailes estuvo ahí para demostrarle que no lo era. O que era mucho más. Pero el mismo Nixon lo había comprobado en el primer debate electoral televisado, el que tuvo lugar el 26 de septiembre de 1960, hace ahora 60 años, entre Richard Nixon y John F. Kennedy. Unos 70 millones de espectadores mirando el programa de la CBS, que emitía desde Chicago. Kennedy se agarró a la imagen. El maquillaje, los gestos, el traje, él mismo. Nixon creyó (como Pizarro con Solbes) que el discurso importaba. Que sudar no importaba. Tampoco es que las encuestas dieran vencedor por mucho a Kennedy (como las propias elecciones), pero era evidente que Nixon no había hecho sus deberes televisivos.

Aunque sobre Roger Ailes se hayan hecho La voz más alta, la miniserie de Showtime, y la película El escándalo, lo verdaderamente interesante de Ailes no es que fuera un cerdo asqueroso sino un genio de la comunicación política y la televisión. Y mucho antes de crear Fox News. Lo fue con Nixon, con Reagan, con Bush padre. Y eso se ve en el documental Divide y vencerás, que lamentablemente ya no está en Movistar +.

Roger Ailes (Warren, Ohio, 1940-Palm Beach, Florida, 2017) sabía más de manipulación política y propaganda que Goebbels. En 1967, con 27 años, trabajaba en The Mike Douglas Show y conoció a Nixon. Tuvo con él una discusión sobre la televisión en la política (ahí vino lo del despectivo gimmick). Pero luego fue contratado como consultor político para ser su productor ejecutivo. En 1960, Nixon había fracasado en la carrera presidencial. El papel y la maestría de Ailes fueron decisivas para que en 1968 ganara la presidencia (a la hora del Watergate quizá le faltó una Olivia Pope o un Ray Donovan, aunque él decía aquello de “Mi trabajo es localizar los problemas y encontrar soluciones”). Ailes se inventó durante la campaña el famoso ‘The Nixon Answer’. El candidato se ponía en medio de una audiencia y contestaba preguntas. Fue todo tan nuevo, que Joe McGinniss publicó el libro The Selling of the President. Después de 1968 siguió como asesor del presidente para comunicaciones. Porque como él mismo repetía, no había nadie en la Casa Blanca que fuera un hombre de la televisión. Cuando el hombre llegó a la luna, el 29 de julio de 1969, Nixon puso una conferencia a la luna desde el Despacho Oval para felicitar a los astronautas. La idea fue de Roger Ailes. Al presidente lo estaba viendo todo el mundo hablar con los astronautas. E hizo muchas más  aportaciones a las intervenciones públicas de Nixon.

Volvió a la televisión. En 1993, ya en el cable, era la cabeza de la CNBC. Creó America Talking, que luego sería MSNBC. Y en 1996 vino lo de Fox News con Rupert Murdoch. Ailes cambió la cara a la política. El lunes veíamos juntos a Iván Redondo y Miguel Ángel Rodríguez. Los cerebros para estas cosas de la televisión, la comunicación política (y alrededores) de Pedro Sánchez e Isabel Díaz Ayuso. Ailes podía ser marrullero (además de baboso y delincuente), pero servía para lo suyo. Al ver a estos, sobre todo a MAR, pienso más en The Thick Of It que en The Selling of the President.  

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