Menú

Mucha política y poco talento en otra aburrida gala de los Goya

De nuevo los Goya han sido una oportunidad perdida para el espectáculo y el altavoz de discutibles reivindicaciones.

De nuevo los Goya han sido una oportunidad perdida para el espectáculo y el altavoz de discutibles reivindicaciones.

Ya desde la primera intervención de la presentadora Eva Hache, la gala de los Goya se encaminaba hacia un nuevo espectáculo político con poco de lo primero y mucho de lo segundo.

La humorista, o lo que sea, se ha embarcado en varias intervenciones muy largas, con muy poco ritmo y cargadas de mensajes políticos, por supuesto por el IVA pero también contra compañeros de profesión como Depardieu y con chistes como "en amnistía fiscal somos maestros".

Duro discurso de González Macho

Más sorprendente ha sido que la reivindicación tomase un tono completamente institucional con el presidente de la Academia, Enrique González Macho, que ha hecho, entre grandes aplausos, un discurso muy combativo y con un perfil político muy poco disimulado. En él ha criticado muy duramente la subida del IVA y ha asegurado que "no vamos a cejar en nuestro empeño de que se rectifique este gravísimo error".

También ha criticado los "recortes" en RTVE y ha teorizado sobre la necesidad de "una televisión pública fuerte" que, según él, es muy importante "para la marca España" gracias a su canal internacional.

Como tanta protesta se ha producido en el año en el que el cine español ha recaudado más dinero en toda su historia, González Macho se ha visto en la necesidad de aclarar que las películas que lo han logrado "han sido producidas con anterioridad, y las de la nueva etapa se estrenarán a partir de marzo-abril. Los resultados no serán tan brillantes".

Finalmente, ha tratado de despolitizar su discurso, pero sin mucha convicción: "El cine no es de los de la ceja, ni de los del bigote, ni de los de la barba ni de los de ningún otro apéndice capilar. El cine nos pertenece a todos, es un derecho de los ciudadanos". 

Candela Peña busca trabajo

La actriz ha ganado un premio como actriz de reparto por Una pistola en cada mano y no ha querido perder la oportunidad de reivindicar, primero lo de todos, hablando del "hospital público" en el que murió su padre y en el que "no había mantas para taparlo ni agua para beber" y lamentándose de la educación pública que dará a su hijo. Pero sobre todo la actriz, que llevaba tres años sin papeles, ha pedido trabajo porque "tiene que alimentar" a ese niño.

La siguiente en lanzar una parrafada ha sido Maribel Verdú, que ha sido una de las que ha citado a las personas que "pierden su casa" y ha lanzado una andanada contra "un sistema quebrado, injusto y obsoleto que permite robar a los pobres para dárselo a los ricos.

Las referencias a los sobres han sido bastante comunes, a pesar de que el error en la entrega del Goya a la mejor canción invitaba a dejar el tema de lado; como también lo han sido las referencias sin demasiado respeto a los políticos o al ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, presente entre el público.

Uno de los más "ocurrentes" ha sido José Corbacho que, "como catalán", le ha deseado buenas noches a todos "menos al ministro, que le he deseado un 21%".

Bardem, un clásico

Javier Bardem ha recogido otro premio Goya, pero en esta ocasión como productor por una película documental sobre lo que ocurre en el Sáhara. El actor no ha podido resistir la tentación de hacer paralelismos entre la situación allí y la de nuestro país.

"En el Sáhara no se puede hacer recortes en hospitales como aquí, porque no hay; no se puede cerrar escuelas como aquí, porque no hay; y no se puede echar a la gente de sus casas porque los echaron hace 35 años", ha afirmado mientras su madre Pilar Bardem se partía las manos aplaudiendo.

El actor de No es país para viejos o Skyfall también ha recordado la condena de un grupo de activistas saharauis, que precisamente hoy han recibido unas duras sentencias y ha pedido "al Gobierno español" que intervenga frente al marroquí.

Pero Bardem tenía más protagonismo previsto, ya que ha sido el encargado de entregar el Goya a la mejor película, lo que ha hecho musitando "ay los sobres, los sobres" al acercarse al estrado.

El mayor silencio de la historia

Sin embargo, probablemente el momento más significativo de la noche ha sido el que se ha dado durante la entrega del premio a la mejor película de animación, que ha ganado Las aventuras de Tadeo Jones. Uno de los productores de la exitosa cinta ha querido incluir en sus agradecimientos a la primera persona que apostó por el proyecto, "Julio Ariza, presidente del Grupo Intereconomía". 

El silencio más denso de la noche ha caído sobre el auditorio: ni una persona se ha atrevido a aplaudir como después sí lo han hecho, tímidamente, cuando el mismo productor citaba a su familia u otras personas más o menos relacionadas con la película.

En definitiva, si bien menos radical que en otras ocasiones y sin camisetas de Ho Chi Min, la gala de los Goya ha vuelto a tener más que contar por el posicionamiento político de un sector, incluyendo este año el oficial de la Academia a través del discurso de su presidente, que por un espectáculo repetitivo, largo, tedioso y en el que el humor y el ingenio se han echado en falta, excepto en muy contados instantes.

Temas

En Cultura

    0
    comentarios