El cortejo fúnebre de Sara Montiel recorrió la Gran Vía madrileña y se detuvo, durante quince minutos, en la plaza de Callao, lugar al que acudieron algunos admiradores de la artista para darle su último adiós. El evento fue seguido, entre otros, por el programa Las mañanas de La 1, de Mariló Montero, quien aprovechara para regalarnos otra perla sui generis, de esas a las que nos tiene acostumbrados desde hace algún tiempo.
Durante la conexión en directo, la presentadora preguntaba a la reportera que cubría el acto lo siguiente: "¿Por qué está quieto ahí el coche? ¿Qué tiene dentro?". La periodista que estaba en Callao respondía con la obviedad: "Tiene los restos mortales de la actriz".
Montero agregó un breve "sí, sí" que se vio interrumpido por el discurso de la reportera, que respondía a su primera cuestión: "Y está quieto para que todos puedan despedirla con tiempo".
El óxido, los trasplantes y el alma
El carrusel reciente de monteradas comenzó en septiembre del año pasado: la ex de Carlos Herrera entrevistaba a Anne Igartiburu, que pasaba a presentar un programa vespertino, y le preguntaba si se veía oxidada. "¿Qué es oxidada?", seguía la presentadora vasca. "Perder la fluidez en los directos", contestó la entrevistadora.
Un mes después, Mariló Montero se preguntaba si el alma del asesino de Salobral se transmitiría en un trasplante: "¿Alguien querría recibir el pulmón, el hígado, el corazón, de otro que ha quitado vidas? ¿Pasa algo por llevar el órgano dentro de ti de alguien que ha matado a otros? Yo hasta esta mañana no sabía qué responderme y no me planteaba qué decirle en este cierre".
La penúltima perla de Montero, previa a la del féretro de Sara Montiel, la recibimos en diciembre, cuando afirmó: "Soy la que más trabaja y la que menos cobra".