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Matt Damon paga su película ecologista, 'Tierra Prometida', con dinero del petróleo

La película contra el fracking está financiada por los nada ecologistas petroleros árabes.

Estados Unidos está viviendo una revolución energética. El desarrollo de la técnica de fractura hidráulica, o fracking, unido a los altos precios de los combustibles fósiles, han hecho rentables muchos yacimientos de petróleo y gas, hasta el punto de que el país podría alcanzar en 2020 la independencia energética, es decir, dejar de importar oro negro.

Naturalmente, a los ecologistas nos le hace ninguna gracia, pese a que gracias al mayor uso del gas para generar electricidad Estados Unidos ha reducido sus emisiones de dióxido de carbono, que según dicen es la mayor amenaza ambiental a la que se enfrenta la humanidad. Pero como el rigor nunca ha sido lo suyo, diversas celebrities norteamericanas ya se han mostrado en contra del fracking, y Hollywood no podía tardar en tomar partido.

Así, esta semana se estrena en España Tierra prometida, una película dirigida por Gus Van Sant y protagonizada por Matt Damon, que también coescribe el guión. Por las personas implicadas casi podríamos pensar en una suerte de Indomable Will Hunting 2, pero además de la ausencia de Ben Affleck hay una marcada diferencia con aquella película. Y es que esta película contraria a la extracción de petróleo y gas en Estados Unidos está financiada por quienes económicamente más tienen que perder con ello: los magnates árabes del petróleo.

Tierra prometida es la clásica película en la que una malvada y enorme empresa pone sus beneficios por encima de la salud de los pobres habitantes de un pueblo estadounidense. Está producida "en asociación con" Image Media Abu Dhabi, una subsidiaria de Abu Dhabi Media, que un portavoz del estudio ha reconocido que financia la película. Esta empresa es propiedad del Gobierno de los Emiratos Árabes Unidos, uno de los países que más tiene que perder ante la pérdida del mercado americano y la posibilidad de que Estados Unidos empiece a exportar gas natural a algunos de los mercados que actualmente compran a los árabes.

Aunque los ecologistas puedan pensar que la alternativa a la fractura hidráulica son paneles solares y molinos de viento, quienes más saben del mercado energético son conscientes que la alternativa económica real es extraer combustibles fósiles en otra parte, por ejemplo donde los ecologistas no protestan y, si lo hacen, no le importa a nadie. En países donde dedican sus beneficios extraídos del petróleo para financiar películas ecologistas que denuncian la extracción de petróleo... de la competencia.

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