Si no vieron cómo iba calzado Pep Guardiola el viernes pasado, con motivo de una entrega de premios celebrada en el parlamento de Baviera, deben verlo.
Ese calzado, Pep. Esos chapines,
chinelas, alpargatas, alpargatos,
babuchas, zapatillas o zapatos…
o como coño tú los denomines.
Ese curioso par de bailarines.
O bailarinas, Pep. O zuecos chatos.
Que no sé si son caros o baratos,
o si debajo llevas calcetines.
Esas cositas blancas, sin cordeles,
con las que recubriste tus pinreles
en gala de etiqueta y ceremonia.
Esas deconstrucciones de espardenya
son reivindicación y contraseña…
y están gritando freedom Catalonia.