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Kiko Rivera llega para poner orden en el 'chonerío'

El hijo de Isabel Pantoja revoluciona GHVIP con su entrada en el concurso de Telecinco.

El hijo de Isabel Pantoja revoluciona GHVIP con su entrada en el concurso de Telecinco.
Kiko Rivera entra en Gran Hermano | Telecinco

El concursante sorpresa de la presente edición de Gran Hermano dedicada al famoseo ha resultado ser el gran Kiko Rivera, por fin un concursante de relevancia para un programa dominado hasta ahora por un grupo histérico de chonis y gañanes. De Rivera no vamos a glosar ahora sus méritos profesionales porque sería demasiado prolijo. Digamos simplemente que es un tipo que sabe muy bien de qué van estos programas de televisión, qué se espera de él y qué puede esperar él a su vez de personal con el que le va a tocar convivir varias semanas.

Kiko Rivera es tan personaje televisivo y tan VIP que a menudo habla de él en tercera persona, alarde que hasta ahora solo conocíamos en Maradona y Sonia Castedo, la exalcaldesa de Alicante que, dicho sea de paso, debería estar también en GH, para debatir sobre el bipartidismo y la corrupción municipal con Olvido Hormigos, una de las concursantes que más satisfacciones va a proporcionar a Coman y a la audiencia del programa, no necesariamente por ese orden.

El hijo de Isabel Pantoja va a estar al menos una semana con la hija de los guardeses de la finca de su mamá, una chica que todavía no ha posado para Interviú porque hablando pestes de su antigua jefa en Telecinco todavía gana lo suficiente. Si la audiencia de GH no la expulsa, la estancia de ambos puede prolongarse y provocar escenas memorables de gritos, insultos y llantos histéricos, que esto es Telecinco y hay que ajustarse al libro de estilo de la casa.

Rivera, además, es tal vez el único personaje que puede hacer soportable a Jordi González, el tipo más aburrido que ha dado la televisión mundial, cuyo sentido del ritmo en pantalla es la garantía de un sueño profundo a poco que tarden en llegar los cortes publicitarios.

Expulsados Los Chunguitos por un ataque agudo de corrección política (y, digámoslo todo, porque la gente no comprende su sentido del humor nivel Puerto Hurraco) Kiko Rivera es el único argumento de peso para aguantar un formato agotado, con un presentador que, aunque la criatura se esfuerza, es incapaz de hablar con otro tono que no sea el que emplearía para leer el prospecto de un laxante.

La audiencia del programa está con Kiko Rivera, así que cualquiera que ose cuestionar su liderazgo irá desfilando hacia la calle semana tras semana comenzando por su archienemiga, la exgañana de Cantora. Hasta es muy posible que el hijo de la Pantoja acabe ganando el programa, embolsándose un pastón y dando una alegría a su madre, que falta le hace a la pobre. Pero eso es algo que, en estos momentos, sólo lo sabe Sandro Rey.

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