El programa de La Sexta que dirige y presenta Ana Pastor entrevistó anoche a Alberto Garzón, diputado en las Cortes Generales y flamante líder de la formación comunista.
A lo largo de la entrevista, Pastor preguntó a su invitado por los temas más candentes de la actualidad, como el incumplimiento del Gobierno de Tsipras del programa electoral con el que Syriza llegó al poder o los movimientos dentro de Izquierda Unida ante la amenaza de Podemos, el partido con más empuje actualmente en la extrema izquierda.
Garzón intentó zafarse de esas dos cuestiones con escaso éxito, pero el momento más sorprendente de la noche llegó cuando la periodista achacó a los comunistas su parte de responsabilidad en los escándalos financieros que afectan a nuestro país, en la mayoría de los cuales aparecen implicados representantes de IU.
Ante esta andanada, Alberto Garzón se puso muy serio para hacer saber a Ana Pastor que si alguien de izquierdas roba o se aprovecha de su cargo es porque, en realidad, no es de izquierdas. "Bueno, puede ser de izquierdas y ser un delincuente", le interrumpió Ana Pastor, pero Garzón insistió en su asombroso argumento: "Para mí no, para mí no, para mí una persona que es un delincuente no puede ser de izquierdas".
Garzón concretó su razonamiento para justificar esta pureza angelical de la izquierda, fuente de su hiperlegitimidad, en que "la izquierda representa una forma de vivir y una forma de relacionarse en la que no cabe utilizar al prójimo para beneficio propio". Ana Pastor no podía salir de su asombro.