Este año Gran Hermano 16 está cargado de falacias, engaños y estrategias. Una de las mentiras más absurdas es la que protagoniza Marina Landaluce y su supuesto hijo Juan, que en realidad es un reborn, es decir, una réplica de un bebé.
La joven entró en la casa de Guadalix empujando un carrito en el cual estaba "su hijo". Poco después llegó la supuesta niñera para llevarse a Juan a la habitación contigua para poder cuidarlo.
Por las contradicciones en la historia de Landaluce, como que el niño tiene nueve meses y después un mes o que no le da el pecho y que su padre no quiere hacerse cargo, hace que empiecen a surgir dudas entre sus compañeros, que no vieron normal cómo se despidió de su hijo casi recién nacido nada más entrar en la casa, creen que le ve poco tiempo al día y aseguran que su historia no es del todo creíble.