Oriol Lomas se convirtió en el noveno expulsado de la última temporada de Top Chef. El polémico cocinero, el más odiado entre los demás concursantes, dijo adiós este miércoles prometiendo seguir "dando por saco todo lo que pueda, y más".
Todos los que habéis creido en mi sois los mas grandes🔝❤️ Haters ahora os vais a aburrir y lo sabéis😁
— Oriol Top Chef (@OriolTopChef) noviembre 18, 2015
Adalid del free-style, Oriol no vivió su mejor edición de Top Chef, que esta semana alcanzó su décimo primer programa con Sergio, Alejandro, Maripaz, Marcel y el propio Oriol luchando por la inmunidad.
La primera prueba consistió cocinar un plato con un presupuesto limitado de diez euros con productos de la despensa del plató, elaborando el polémico concursante una hamburguesa que ya empezó a encender los ánimos del jurado.
Sergio Bastard consiguió la tan ansiada inmunidad en esta primera prueba, si bien seguido muy de cerca por Marcel. Su triunfo en la sección inicial del programa le permitió elegir los equipos para la segunda prueba en un McDonald's, vestido de restaurante de lujo para la ocasión, donde tuvieron que elaborar un menú de calidad (primer plato y postre) que acabó de decidir la expulsión de Oriol.
Allí el catalán optó -tarde- por cocinar un plato de atún, tras intentar imponer una hamburguesa de pollo a su compañero de equipo, Alejandro. Su labor como jefe de cocina fue, cuando menos, confusa y apresurada, como subrayó en todo momento este último. El postre de chocolate que tuvieron que elaborar después fue considerado muy dulce por Chicote, que se enfrentó a Oriol -con el apoyo de los demás jueces- en un pequeño enganchón verbal a cuenta de su manía de no escuchar... y de poner en boca de los demás palabras que no han pronunciado. Nada bueno podía salir de esto, sobre todo si se osa hacerlo con Chicote.
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Por supuesto, Oriol no asimiló demasiado bien las críticas, como ha sido la tónica habitual de su paso por el programa. No obstante, y pese a llevarse francamente mal con la mayoría de compañeros del talent show, su final tampoco estuvo exenta de autocrítica. El más rebelde de los concursantes de esta edición acabó pidiendo perdón a los demás asegurando que a veces es "un sinvergüenza", y que se ha "decepcionado por no escuchar".
Finalmente, Sergio Bastard consiguió el triunfo, si bien seguido muy de cerca por Marcel. Su triunfo en la sección inicial del programa le permitió elegir los equipos para la segunda prueba en el McDonald's.
La entrega de Top Chef, que contó con la presencia como invitado del exconcursante Javier Peña, fue seguida por 2,2 millones de personas y tuvo un más que correcto 14,1% de cuota de pantalla.