A la presentadora de El Objetivo de La Sexta le gustan los retos que implican alguna dificultad y entrevistar a Pablo Iglesias hace ya tiempo que dejó de tener interés. Pastor le recetó un entrevistazo al líder podemita cuando andaba en la cresta de la ola demoscópica "cabalgando contradicciones" (el muchacho es así de cursi), una experiencia traumática para el pobre Iglesias que el propio protagonista acabaría confesando indirectamente horas después de la agresión. Anoche, el líder supremo de Podemos volvió a sentarse frente a la periodista de La Sexta pero el resultado fue aburrido, que es lo peor que se puede decir de una entrevista a un político en horario de máxima audiencia en la televisión.
Pastor intentó de nuevo que Pablemos concretara el coste de los disparates que lleva incorporados en su programa electoral. En su primer encuentro, el líder podemita se cayó con todo el equipo al demostrar que no tenía ni idea de cómo financiar el aumento salvaje del gasto público necesario para darle un sueldo a todos los españoles, entre otras ideas igual de luminosas que por aquel entonces paseaba por los platós. Anoche se comprobó que sigue sin saber cómo pagar las políticas expansivas que promete implantar en cuanto llegue a La Moncloa, pero al menos ha inventado un fondo de 96.000 millones de euros, que surgirá por ensalmo en cuento él y Errejón empiecen a controlar las cuentas públicas. Es una sandez, pero al menos ahora Ana Pastor ya no lo deja como un ignorante.
La Sexta todavía se toma en serio a Pablo Iglesias, pero Ana Pastor ya no. Igual esa actitud irreverente le provoca algún encontronazo con el jefe de los informativos de la cadena, pero es que el líder de Podemos aburre ya hasta a los más predispuestos a creerse que otro mundo es posible y que todos los problemas se resuelven con energías renovables, mucho diálogo y un referéndum catalán.
Pastor no podía evitar la risa cuando veía los esfuerzos de Iglesias por zafarse de las incontables contradicciones que refleja su hemeroteca. El líder podemita asegura que sus ideas siguen siendo las mismas, sólo que ahora es necesario "ir más despacio". O sea como Tsipras, el referente podemita griego, que como siga yendo así de "despacio" acabará de comisario de Economía en la UE. Anoche constatamos, además, que la pedantería de Iglesias es cada vez más insoportable. Tanto, que Ana Pastor se pasó medio programa riéndose de él y lo más bonito de todo es que Pablemos, el líder providencial al que nada le pasa desapercibido, ni siquiera se enteró.