Laura Matamoros entró en la casa de Gran Hermano VIP como una completa desconocida. Lo único que sabíamos de ella era que es hija del colaborador de Sálvame Kiko Matamoros. Padre e hija no tienen una relación idílica, aunque, según el propio Kiko, sí cordial. Ya antes de entrar, Laura se encargó de echar leña al fuego con unos mensajes de whatsapp leídos en el programa de Telecinco. "No eres mi padre ni eres nada, eres una porquería de persona". El conflicto familiar prometía dar que hablar.
La relación con su padre
Laura nos vendió en su vídeo de presentación de GHVIP una persona que no hemos visto: "El rasgo que más me define es la nobleza". Menos mal. También se definía a sí misma como una chica muy madura, por todo lo que ha tenido que pasar en la vida.Carácter no le falta, pero sus faltas de respeto y forma de comportarse dejan ver lo que es: una joven de 22 años con rabietas y con ganas de tener razón todo el tiempo.
Kiko Matamoros se separó de la madre de Laura, Marian Flores, y empezó una relación con Makoke, que pronto se quedó embarazada de la única hija de la pareja, Ana. El distanciamiento de Kiko con sus hijos se agravó con el paso de los años, y él ha reconocido públicamente que no ha sido el mejor padre. ¿Celos por su atención? Igual no. En una de las primeras conversaciones de Laura con Liz Emiliano (ya expulsada y con la que también se terminó llevando mal), hablaban de cómo cambió la relación con él. Laura aseguraba no estar celosa de su hermana Ana por el amor de su padre, sino por algo bien distinto. "Si ella (Ana) vive bien, ¿por qué no vivo bien yo?", se preguntaba.
La tensión ya venía de antes. Su hermano Diego acudió a Sálvame para hablar (mal) de la relación de su padre con Makoke, único motivo por el que acude a los platós. Allí aseguraba que la pareja de su padre hacia "desprecios" a su hermana Laura. Padre e hija discutieron y Kiko invitó a Laura a irse de casa si no estaba contenta, algo que ella mismo reconoció en Guadalix. Al final, decidió irse por "cosas que veía o que le hacían". ¿Qué cosas? Todavía no lo sabe nadie.
Su juventud "difícil"
"Yo muchas navidades he comido arroz blanco porque no había nada más". Una frase tajante de Laura dentro de la casa. Cuando sus padres se separaron, según sus propios hijos, quedaron al margen de la vida acomodada de su padre, que se centraba en Makoke y su nueva hija. El matrimonio se casó en gananciales, lo que derivó en régimen de separación de bienes. Marian se quedó con la casa y Kiko debía pasar una pensión de 500 euros a cada uno de sus hijos, algo que según ellos incumplía.
En GH VIP, Laura incluso llegó a afirmar que su padre tenía pagos pendientes con el colegio al que acudían. En su defensa, Kiko criticó en Sálvame los métodos del centro, y pidió que no volvieran a matricularla. Al parecer, se habría hecho de nuevo y, aunque habría hecho el primer pago que le reclamaron, hubo otro: "Era un colegio que se paga y te aprueban, lo digo para que la gente lo entienda. En mayo recibo una llamada del colegio y me pregunto cómo sigue ahí". Kiko pagó lo que se debía, pero en verano recibió otra llamada del colegio. "Me dicen que hay que abonar casi 4.000 euros de la recuperación del verano y digo, vais a robar a vuestra madre".
A pesar de todo, no deja de ser su padre, y todo el rencor pareció desvanecerse cuando Kiko entró en el reality durante tres días para dar juego y poner calma. Laura, aunque reacia al principio, lloró cuando se vio superada por la situación. "Soy consciente de que mi hija sufre y eso me duele. Me interesa la felicidad de mi hija y que sepa asumir con naturalidad algunas cosas de la vida", comentó en el programa. Ella, de momento, parece que se ha relajado en este aspecto.
La relación rota con Makoke
En una de sus asucaciones, Laura llegó decir que su padre pagó regalos de Makoke con una tarjeta de crédito y acabó siendo su madre Marian quien tuvo que asumirlos. ¿Hasta qué punto es cierta esta historia? "Mi padre me dice que no pida, que no tiene dinero. Entonces, ¿qué hace viviendo en esa casa enorme? Una vez más, el dinero de por medio.
Laura jamás ha desaprovechado una oportunidad de hablar mal de Makoke. "Javier Tudela está aquí porque su madre es la novia de mi padre. ¿Qué ha hecho esta mujer en su vida? No sería nada si no fuese por mi padre", es lo más suave que ha dicho de la novia de su padre. Y todo mientras Javier se encontraba dentro de la casa. Eso sí, a sus espaldas. Durante la última gala, se pudieron enfrentar cara a cara después de su mensaje "para hablar de mi madre te lavas la boca", la noche de su expulsión. Tudela se quedó a gusto y Laura se puso tan nerviosa que parecía que iban a llegar a las manos.
La actitud de Makoke, sin embargo, siempre ha sido cordial y contenida a pesar de las recriminaciones, sobre todo por parte de Diego Matamoros. No se sabe si por algún motivo oculto, pero llegó a pedir que Laura se convirtiera en ganadora.
Excesiva y muy irrespetuosa y a pesar de que las acusaciones a Makoke sean ciertas, su comportamiento ha llegado al punto de perder por completo la razón. En los conflictos familiares, y más en los televisados, siempre existirán versiones muy contradictorias. De manera pública, ya sea en plató o en revistas, Makoke prefiere no criticar a ningún hijo de su pareja. Un conflicto que Diego, dice, nació por una conversación entre María Patiño y Makoke, en la que ésta última no hablaba precisamente bien de Diego. Pero de la famosa conversación solo sabemos que es "muy fuerte" y poco a poco pierde credibilidad.
Cuanto más hablan Diego y Laura, más se inclina la balanza hacia su padre y Makoke. Y eso que, a pesar de todo, Laura Matamoros es la clara favorita para convertirse en ganadora de Gran Hermano VIP. Muchas nominaciones y muy salvada por el publico, su historia es el centro (y único interés) de esta edición del reality, pero ya se empieza a desgastar.