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Rosa Belmonte

¿Podrá mi hijo volver a violar?

La próxima portada de 'Vanity Fair' americano la llena Amy Schumer, lo mejor que le ha pasado a la comedia en los últimos años.

La próxima portada de 'Vanity Fair' americano la llena Amy Schumer, lo mejor que le ha pasado a la comedia en los últimos años.

La próxima portada de Vanity Fair (el americano) la llena Amy Schumer. Un poco a lo red velvet de Marilyn Monroe pero vestida. Con un body, un corpiño, una cosa como de meretriz del Oeste. Y claro (atención, cliché), fotografiada por Annie Leibovitz, que la retrató también para el Calendario Pirelli (lo peor no eran las lorzas, eran las bragas). Una vez Liz Hurley dijo que se suicidaría si fuera tan gorda como Marilyn Monroe. Evidentemente no como esa Marilyn delgaducha de la colección red velvet, sino como la estrella posterior. Amy se enfadó cuando la revista Glamour la metió en el saco de tallas grandes, de las plus size, donde también estaban Melissa McCarthy y Adele (Adele es la Falete inglesa. O Falete es la Adele española). No es que Amy no presuma de mollas, pero dijo entonces que ella está entre la 40 y la 42.

En todo caso, en Glamour lo que hicieron fue incluirla en un apartado titulado ‘Mujeres que nos inspiran’. Alegaron que no la definían como talla grande. Pero claro que Amy Schumer es muy grande. La semana pasada, Comedy Central empezó a emitir en España la tercera temporada de Inside Amy Schumer (disponible en Yomvi), su estupenda serie. Es verdad que hemos hablado tanto de los antológicos sketches que ahora todo nos parece viejo. Sobre todo hemos hablado de la memorable pieza en la que Tina Fey, Patricia Arquette y Julia-Louis Dreyfuss celebraban el último "fuckable day" de esta, ese día en que los medios deciden el fin del atractivo sexual de las actrices (día que no tienen los actores, claro). "Ya sabes que Sally Field era la novia de Tom Hanks en Lo que cuenta es el final y veinte minutos después era su madre en Forrest Gump". Ni que decir, y eso lo cuenta el artículo de Vanity Fair, que Inside Amy Schumer tiene seis escritoras y cuatro escritores, una proporción insólita. Y eso se nota por todos los episodios. Ahora que Beyonce ha sacado ‘Lemonade’, recordar que el número que abre la tercera temporada es un videoclip donde Amy se ríe de la obsesión del hip hop por el culo. ‘Milk, milk, lemonade’. Habla del culo como su "fábrica de chocolate". Enorme también la parodia de Friday Night Lights. Ella hace de Connie Britton (con una copa de vino blanco cada vez más grande). Él es Josh Charles. El entrenador llega al equipo de fútbol ordenando no violar. Un shock para todos. Cuando uno de los jugadores sufre una grave lesión, se ve al padre preguntando angustiado: "Doctor, ¿podrá mi hijo volver a violar?".

Inside Amy Schumer | Archivo

En el sketch del último ‘fuckable day’, Julia-Louis Dreyfuss pregunta a Amy Schumer: "¿Eres esa chica de la televisión que está hablando todo el rato de su coño?". "Sí". Pero no sólo de eso. La sátira es constante. Describiendo su cuerpo en uno de los segmentos de stand up, dice: "Tengo unos tobillos preciosos. Y luego se arma la gorda por aquí (señalándose la barriga). No lo podéis ver bien pero debajo de esto es como una lámpara de lava, como si todo se estuviera moviendo (balanceándose)". Hay otro sketch titulado Doce hombres sin piedad, grabado en blanco y negro, donde Jeff Goldblum, Paul Giamatti y otros jurados están discutiendo si Schumer está lo suficientemente buena para la televisión. En todo caso sí es lo suficientemente buena para la televisión. Es lo mejor que le ha pasado al humor en los últimos años.

Bono, el de U2, fue al Senado americano y sugirió que la mejor manera de acabar con el Estado Islámico era mandar a Amy Schumer y Sacha Baron Cohen. Que serían una excelente alternativa a los ataques aéreos. Mejor que se pongan un dvd mientras los bombardean.

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