Kiko Matamoros está completamente destrozado, y así le pudimos ver en Sálvame este jueves. Después de tanto tiempo, su boda y las señaladas ausencias a la misma sigue siendo un tema jugoso para sus compañeros, que no dudaron en volver a sacarlo durante el programa.
Mientras se comentaba que sus hijos no fueron al enlace del colaborador con Makoke, la cara de Kiko se iba poniendo cada vez más seria hasta que, de repente, no pudo contenerse y empezó a llorar desconsoladamente. "Cada vez que doy un paso, voy a tener a mi hijo en contra. Asumo el precio, pero no me parece justo ni me parece lógico, y es absolutamente contradictorio con lo que luego dice", decía hecho polvo.
Añadió que "si quieres algo a alguien… yo a las parejas de mis hijos ni las he nombrado, respeto su vida, su entorno, sus relaciones. ¿Qué necesidad hay? Así solo consigues hacerlo todo más difícil. ¿Quién utiliza a quien? ¿Quién es el que vende que?"
Pero el colaborador no acabó ahí y reconoció que hay "ciertas cosas que no debe afrontar porque le harían más daño todavía". Confiesa que no le resulta fácil de digerir la mala relación que tiene con su hijo "y más cuando creía que era estupenda". También explicó que el que sea una historia pública "lo hace más desagradable, más dañino e infinitamente más difícil de reconducir". Acabó confesando entre lágrimas que "tiene un nudo en la garganta y un puñal dentro".