"Estoy harta de la televisión", fueron las últimas palabras de Lucía Bosé durante su última entrevista en el Deluxe, donde ejerció de madrina tras su paso a los sábados. Tan solo han pasado unos días hasta que hemos vuelto a ver en la pequeña pantalla a la abuela de Bimba Bosé, esta vez, visitando a Bertín Osborne en su programa Mi casa es la tuya. Una charla distendida donde la artista repasó su infancia, su tormentosa relación con Luis Miguel Dominguín y brindó por su nieta recientemente fallecida.
Haciendo gala de una memoria envidiable, Lucía hizo repaso a una vida llena de sorprendentes anécdotas dejando anonadado a Bertín cuando incluso detalló el día de su nacimiento: "Me acuerdo de cómo me lavaron con agua caliente, me envolvieron. Me acuerdo del lino perfectamente. Mi madre me cogió como un trozo de madera. Me molestaba mucho el gorrito que me pusieron".
Un repaso a su infancia en el que recordó con gran dolor los años de la Segunda Guerra Mundial: "Se quemó la casa donde vivíamos debido a los bombardeos. Me dejaron sola mientras recogían lo poco que había quedado de mi hogar y se olvidaron de mí. Salí corriendo y me agarré del carro. Allí es cuando me di cuenta de la soledad de la vida. Cuando estábamos en el pueblo, lo vi todo. Me escapaba e iba a ver los aviones que bajaban y dejaban caer las bombas. El hambre y la miseria fue horrible. Mi madre vio cómo un alemán me miraba y me mandó fuera, a un pueblo cercano. Esa misma noche entro el alemán donde nos refugiábamos buscándome. Gracias a mi madre me salvé de la violación alemana".
Su vida da un giro cuando consigue hacerse con la victoria en el certamen de Miss Italia 1947.Un premio que le costó un disgusto con su familia, pues parte de ella no estaba de acuerdo con su presentación. Sin embargo, su madre la apoyó y acompañó en su triunfo: "No había visto un hotel en mi vida y me quedé impresionada. Yo vivía en un barrio pobre y fue tan emocionante. Comprendí que había otra vida que no conocía, pero que me gustaba. Me gustaba el lujo". Y así fue como a la artista comenzaron a llegarle ofertas de trabajo para trabajar en el mundo del cine, donde cosechó un gran éxito durante la década de los 50 con películas como Muerte de un ciclista.
Su primer y único marido
En uno de sus viajes a España conoce al gran amor de su vida, primer y último marido: Luis Miguel Dominguín: "Pensé: este fanático no me gusta nada. Se presentó con la capa y el sombrero, era muy presumido y muy conquistador. Nos queríamos casar en Las Vegas, pero cuando fui a la embajada americana para que me dieran el visado no me lo dieron por comunista, aunque no estaba inscrita ni al partido. Le envié un mensaje a Luis Miguel y la respuesta fue: 'No puedes encontrar otra excusa'. Volvió a Roma y me vino a buscar para ir a Las Vegas y allí nos casamos. Después de tres días le mandé un telegrama a mi madre para informarle. Ya se había enterado por la prensa".
Profundamente enamorada del torero, Lucía aceptó que, tras casarse, "Luis Miguel no me dejara hacer cine. Pero cuando me dejó, tuve que volver a la gran pantalla, porque me había dejado con una mano delante y la otra detrás". Un tormentoso divorcio que la actriz recordó con dureza: "Le dije que me tenía que dejar a los tres niños a mí, porque si no le pegaba un tiro, y escribiría sus memorias desde la cárcel. Parece que se lo tomó muy en serio y me dejó que me los quedara yo".
Recordando a Bimba
Durante la preparación de la cena, Bertín y Lucía recordaron la figura de Bimba Bosé, a pesar de que su abuela no estaba muy dispuesta a hablar sobre ella. Aún así tuvo unas escuetas pero emocionantes palabras en recuerdo de su nieta: "Bimba era una mujer muy viva, muy alegre".Tras ello, brindaron en memoria de la modelo fallecida en enero a causa de un cáncer que arrastraba durante años.