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Al cantante Juan Gabriel 'le salen' hijos por todas partes

Guerra entre sus descendientes por una herencia millonaria: el popular intérprete editó más de 60 álbumes y 600 canciones tienen su autoría.

Guerra entre sus descendientes por una herencia millonaria: el popular intérprete editó más de 60 álbumes y 600 canciones tienen su autoría.
Juan Gabriel | Cordon Press

Cuando se va de este mundo alguien que disfrutó en vida de un gran patrimonio, sale de vez en cuando alguien disputándole la herencia al que por testamento agració el difunto. La historia se repite ahora con el popular intérprete mexicano Juan Gabriel, fallecido el pasado 28 de agosto de modo inesperado. Quien editó una sesentena de álbumes, dejando registradas seiscientas canciones de su autoría. Un infarto acabó con su existencia, cuando tenía sólo 66 años y un presente halagüeño, adorado en su país pero asimismo muy reconocido en prácticamente toda la América hispana. Algo menos en España, donde como cantante no supo conectar con ningún público específico, aunque sí fue considerado como un notable compositor de piezas populares basadas en el folclore azteca, las típicas rancheras, modernizadas, con un envoltorio romántico en sus letras y una música pegadiza; heredero en suma de quien fue en ese género todo un maestro: José Alfredo Jiménez. Que le pregunten a Isabel Pantoja por Juan Gabriel, en quien tanto confiaba una vez salida de la cárcel para reemprender su carrera. Mucho antes Rocío Dúrcal había triunfado en tierras mexicanas gracias al repertorio de este inspirado autor de "Fue un placer conocerte", "Se me olvidó otra vez" y tantas otras melodías suyas.

El caso que nos ocupa se centra en su vida íntima. Público y notorio en México que era homosexual. Obvio es por naturaleza, que gays hayan engendrado hijos. Y Juan Gabriel es uno más de ellos, aunque la mayoría de sus amores fueran hombres. Pero he aquí que, a los veinticinco años, uno de sus mejores amigos, Juan Salas, al verlo en ocasiones muy deprimido, le instaba siempre a que tuviera un hijo para que no siguiera sufriendo por la pérdida de su madre, recuerdo que lo agobiaba. En sus visitas a la casa de este amigo conoció a su hermana, Laura Salas Campa, que tenía también 25 años. Se fijó en ella y en la abnegación que mostraba hacia su madre, siendo la hija menor de seis hermanos. Éstos, se fueron casando pero Laura seguía soltera, sin compromiso, dedicada al cuidado de la autora de sus días. De una manera que pudiera resultar algo folletinesca, e incluso increíble, llegó un día en el que Juan Gabriel propuso a Laura tener un hijo, y con él fundar una familia, aunque no estuvieran casados, situación que el cantante nunca aspiró a estarlo. Era guapo, tenía refinadas maneras, afeminado y algo más como decíamos… pero Laura le había tomado mucho cariño. Y accedió. De aquella relación nacería Iván, al que registraron con los apellidos Aguilera, del padre, y Salas, de la madre. El que al morir Juan Gabriel quedaría legalmente, leído el testamento paterno, como heredero universal de su inmensa fortuna, calculada en 28 millones de dólares, sin contar un buen número de inmuebles repartidos por México y Estados Unidos. Hasta se dijo que existía un apartamento en el madrileño barrio de Chueca, que al parecer iba a heredar Isabel Pantoja.

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Iván Aguilera

¿Qué pasó con los otros hijos del cantante? Oficialmente siempre se dijo que era padre de Joan, Hans y Jean. Que eran adoptados por Juan Gabriel y Laura. Se llevan entre ellos sólo un año, por el orden escrito. Él siempre los reconoció como hijos suyos y como tal llevan los mismos apellidos que el primogénito, Iván. Sin embargo, sólo éste salió beneficiado como único heredero, custodio de todos sus bienes. La prensa mexicana, confirmando este punto, se ha hecho eco de la posibilidad de que en ese documento de sucesión figurara una cláusula mediante la cual Iván, aun quedando como heredero único, administrara parte de los bienes recibidos también para sus tres hermanos adoptados, quizás con la pretensión de que lo hiciera a su modo y manera, generosamente. Esta teoría, que tiene visos de ser real nos lleva a considerar que, si bien Juan Gabriel siempre se consideró padre a todos los efectos de los cuatro, que los quería mucho y con quiénes se reunía siempre que iba a la casa familiar sita en Santa Fé sin hacer distinción pública de ninguno de ellos, tal vez a la hora de firmar su testamento decidió que Iván estaba más capacitado que el resto de sus hermanos para hacerse cargo de la herencia, aunque contaría posiblemente con que éste no olvidara a Joan, a Hans y a Jean. Desde luego lo más fácil hubiera sido haberlo explicitado todo; haber dejado equis millones al primero y el resto a los demás. Mas nos quedaremos con las ganas de saber por qué el cantante lo decidió como hemos relatado.

Pero, ítem más, queridos lectores. Porque aparecieron otros hijos no reconocidos por el divo de la canción, a saber: Luis Alberto, de veintiséis años, Joao Gabriel, de veintitrés, y Claudia, de cuarenta y dos. Si los citamos en ese orden se debe a que hacía algún tiempo que se sabía de su existencia, no así de Claudia. Lo que nos extraña es que la prensa mexicana los mencione junto al apellido Aguilera, al tiempo que se conoce un comunicado de Iván, el heredero, en el que manifiesta que Luis Alberto sí es su hermano, pero que Joan no tiene aún ese reconocimiento. Y nos preguntamos: si llevan el apellido del cantante, es que fueron reconocidos por éste, y en tal caso algunos derechos tendrán a la herencia. Y en caso contrario tendrían que usar los apellidos maternos. A todo esto, ¿quién es la madre de Luis Alberto y de Joao Gabriel? Resulta que son dos madres, empleadas domésticas en una mansión que Juan Gabriel tenía en Texas.

¿Qué les parece el culebrón? Y proseguimos, porque hace sólo unos días ha aparecido en los medios de comunicación mexicanos la antes mencionada Claudia Aguilera, residente también en Texas, mostrando un documento que prueba con una fiabilidad del 99,9 por ciento de su ADN que es hija de Juan Gabriel. ¿Cómo logró obtener esa prueba? Imaginamos que acercándose a algún familiar del compositor, lo que ella guarda para sí, al tiempo que ha dicho que no hace pública su identidad para obtener ahora parte de esa herencia en disputa, pues lo único que desea es establecer una relación con sus hermanos. ¿Se lo creen? Hasta aquí el relato de este embrollado capítulo en la vida de un inspirado cantautor, al que le atribuyen esos siete hijos mencionados. ¿No aparecerá algún otro, cazafortunas o no?

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