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Frank Cuesta explica el regreso de 'Wild Frank' en esRadio: "He estado veinte días sin ducharme"

Frank Cuesta estuvo en Es la mañana de Federico para hablar del regreso de Wild Frank y de la situación de Yuyee.

Frank Cuesta estuvo en Es la mañana de Federico para presentar su nuevo programa en Discovery y también de las mil barbaridades que ha ideado para su nueva edición de Wild Frank que comienza esta misma semana, y para el cual ha llegado a estar "veinte días" sin ducharse. En esta ocasión, el objetivo de su nuevo espacio es Hollywood, o más en concreto, los animales en cautividad de varias compañías que proveen de animales a los rodajes de la industria del cine.

"Es en California pero no hay ni tíos cachas, ni glamour. Entramos en Hollywood por la parte de atrás. Hollywood Boulevard es gente haciendo cosas, pero también mercadeo de animales para hacerse fotos. Y ves la cantidad de compañías que usan animales para el cine", explicó Frank en esRadio. Pero la cuestión no es esa sino el trato que esas empresas dispensan a los animales.

"Hay un contraste entre el amor que genera ver un animal en televisión, y verlos fuera. Esos animales tienen que estar en jaulas todo el año. Hay compañías con sesenta animales cada una, que son en total 7.000 animales encerrados en jaulas". Tal y como relató en esRadio, si se necesita un puma, se requieren varios ejemplares para que cada uno haga una cosa: "Uno se cansa, pones el otro, luego el otro... ". ¿Y cómo se adiestra un animal salvaje? "Los adiestran a castañas, porque un animal se adiestra así, y les enseñan trucos de diez segundos antes de cambiar a otro".

Naturalmente, la grabación –en ocasiones casi furtiva– de Wild Frank en Hollywood ha ocasionado no pocos líos y riesgos. "Una vez grabamos donde entrenaban a un monito. Y como Discovery emite en todos lados, alguien dijo: éste es el español de Discovery. Y casi salimos escaldados de allí". En otra ocasión el grupo se metió en una zona de caza "y no nos pegaron un tiro de milagro".

Otra característica de Frank Cuesta es su frescura y espontaneidad, que ocasiona que a menudo tengan que censurar sus palabrotas. "Muchas las han cortado, pero lo que hay en esta edición es mucho pedo y caca. Es algo que alucina a los pequeños de la casa", dijo en Es la mañana de Federico. Pero todavía hay lugar para la escatología más bruta, y él mismo explicó que una vez cogió "dos babas de sapo" para comérselas "y ver qué tal sabían. Cuando estaba comiéndolas, el cámara empezó a vomitar". Todo está en cámara, dijo, porque es algo que "a los niños les flipa".

También hubo cosas que contar a propósito de un oso americano y una mofeta. Tras mucho perseguir al oso en pleno parque de Yosemite, éste simplemente apareció solo y consiguieron planos fabulosos del mismo. "Si te viene el viento de frente, el oso no te huele y no te ve. La suerte fue que yo me quedaba solo por la noche durmiendo, buscando serpientes... Salí de la tienda de campaña, y cuando yo salgo se ve cómo el oso pasa por delante de la tienda de campaña. Yo lo vi y lo empecé a seguir. Llamé al equipo, vinieron, y el bicho estaba pegado a nosotros, pero no nos olía. Tenemos tomas muy buenas porque venía el viento del otro lado y estábamos protegidos. Y como ver, no ven, quedó perfecto".

También relató en esRadio la anécdota con una mofeta a la que "dio besos". "Las mofetas solo atacan cuando te ven más elevado que ellas y te ven como un peligro. ¿Pero no apestaba la mofeta? "Tenías que olerme cuando estoy allí, me paso veinte días sin ducharme", dijo a Federico Jiménez Losantos.

La situación de Yuyee

Frank se reafirmó en su faceta más familiar, pero también en que prefiere los animales a las personas. "Yo no tolero a la gente, no tengo amigos. Estoy feliz con mis hijos y mis bichos. Aguantar gente y sus problemas psicológicos es algo bestial", dijo con sinceridad al equipo de esRadio.

Lo que llevó a comentar la dramática situación de Yuyee, encarcelada desde hace ya tres años por el tráfico de una cantidad irrisoria de cocaína, en un caso que se ha alargado durante meses y que Frank ha conseguido convertir en mediático, a pesar de las autoridades del país y también de la pasividad de las altas instancias españolas.

"Está en la cárcel condenada a quince años por traficar con gramos de cocaína equivalente a veinte céntimos de euro. Ni para vender a un pitufo". La cuestión es la corrupción del sistema y las antiguas leyes que rigen la administración tailandesa: "La ley antigua hay que cambiarla, lo único que queda es que los senadores intenten cambiar la ley, o conseguir un perdón real. ¿Se puede hacer? Sí. ¿Se va a pasar quince años en la cárcel? No. Tampoco les interesa. Es cuestión de ser una mosca cojonera y seguir y seguir. Y cuando te dicen que no, volver; y cuando te amenazan, no bajar la cabeza. Es como funciona Tailandia".

Los métodos que exige tratar esta situación son, como poco, escasamente ortodoxos. "Te tienes que aliar con el demonio si quien te está atacando es el diablo. El demonio son los militares, que ahora tienen el poder, y a quienes el antiguo Gobierno tiene miedo. Y yo me he aliado con ellos". El tema de Yuyee –explicó en Es la mañana de Federico– está controlado por el antiguo Gobierno y ahí no puedes entrar porque es cuestión de pasta". Hay que "aguantar, pelear", porque además "el tema de Yuyee allí se ha tapado, y la gente pensaba que ella ya estaba en casa. Cuando ha salido la sentencia han explotado por redes sociales".

En el fondo –dijo– en Tailandia "todos sabemos quién lo hizo y por qué lo hizo. Se terminó de reabrir el Templo de los Tigres hace dos días". Y la pareja se encontraba denunciando el comercio y contrabando con estos animales, "un negocio que mueve cuarenta o cincuenta millones de dólares al año. Yo me he sentado con el padre de esa familia, y me ha dicho que en 2018 Yuyee está en casa. Te mira a los ojos y te lo dice, y eso es así. También te dice que no toques ni un felino más hasta que te vayas de Tailandia. Y casi le dices gracias", explicó con amargura.

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