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Lo que de verdad quita el sueño a Iker Jiménez y Carmen Porter ('Cuarto Milenio')

Chic viajó con Iker Jiménez y Carmen Porter a una zona restringida en la que desde hace más de 40 años se vienen registrando fenómenos misteriosos. 

Chic viajó con Iker Jiménez y Carmen Porter a una zona restringida en la que desde hace más de 40 años se vienen registrando fenómenos misteriosos. 
Iker Jiménez y Carmen Porter | telecinco.es

Hace doce años, el matrimonio compuesto por Iker Jiménez y Carmen Porter tomaron los mandos de la nave del misterio con un singular proyecto televisivo: llevar cada domingo a los espectadores los enigmas y las historias más desconocidas de todos los tiempos. Así nació Cuarto Milenio. Hoy, 8.000 entrevistados y 2.000 reportajes después, los periodistas celebran un especial por su programa número 500 viajando a las ruinas del palacio de Sisla en Toledo. Chic les acompañó durante la visita a la zona restringida en la que desde hace más de 40 años se vienen registrando presuntos fenómenos misteriosos.

P: Es toda una hazaña conseguir llegar a los 500 programas en la televisión actual, ¿cuál es el secreto?

Iker: No acabo de creerme lo de los 500 programas. Es uno de los más longevos y que el público lo soporte es un gran milagro. Al final, la fórmula es hacer lo que más queremos. Siempre he vivido con una mochila del mundo de lo extraño, muy perseguido y marginado. Pero esta criatura, Cuarto Milenio, es de todos.

Carmen: Estamos encantados de haber realizado esos programas con la ilusión de un equipo. Ellos son los verdaderos protagonistas. Nosotros somos directores de orquesta, pero ellos son los que se meten en sitios misteriosos.

P: Para el programa 500 os propusieron pasar una noche dentro de la Gran Pirámide, ¿por qué os decantasteis por celebrarlo en el palacio de Sisla de Toledo?

Iker: Queríamos celebrar el programa 500 de manera distinta y hacerlo en España, porque creemos que aún quedan muchas cosas que descubrir en nuestro país. Fue gracias al coronel Pedro Baños, que es como una gran eminencia de este campo, no esperábamos nunca está experiencia juntos. Conocimos este lugar gracias a él. Me decía: "He vivido cosas increíbles, de película, pero esto es...", y yo sigo sin creerme lo que pasó durante la grabación. Nunca hay que renunciar a la suerte y bendigo que nos haya tocado este sitio.

Carmen: El mérito del caso no ha sido la noche de investigación, que pasará de todo, sino el equipo y el coronel. Les doy las gracias y espero que pronto celebraremos otros 500 programas más.

P: ¿Ha sido una de las veces que peor lo habéis pasado?

Iker: Esta vez ha sido muy sorprendente. Viendo los códigos de la televisión estaba convencido de que con este programa no nos iban a creer. Va a parecer esto un montaje como tantos hay en nuestro medio. Es verdad que hubo un momento en el que estábamos con el coronel Baños y pasan una serie de cosas en vivo, con los militares delante. Con los militares no hay bromas. De repente, a las tres de la mañana, en medio del campo, comenzaron a oírse unos niños que decían: "Fuera, fuera, fuego fuego".

Carmen: Lo más normal es que no pase nada cuando salimos a grabar, y claro, que pase esta vez y delante de los militares…. ¡y en el programa 500!

P: ¿El terror siempre va acompañado de buena audiencia?

Iker: Pues fíjate, es muy curioso. El miedo nos hace perder espectadores, no nos da. Lo que más suele funcionar son las conspiraciones, arqueología, esos temas con los que la gente no identifica el programa. Parece mentira, pero en este siglo todavía hay capas de la sociedad a las que les da miedo ciertas cosas, entonces al final, nosotros como programa, hacemos una especie de compendio de que es lo que nos interesa realmente. Y eso es lo que contamos.

P: ¿Es el motivo por el que Cuarto Milenio empezó a apostar por temas científicos, tecnológicos o históricos?

Iker: Hemos seguido una pauta que no es la propia del éxito o el fracaso en televisión. Yo aposté por eso. Si yo meto miedo en todos los programas a la sexta semana no hay quien lo vea, lo primero porque ya no sería algo real, habría que exagerarlo. ¿Alguien se iba a imaginar, por ejemplo, cuando nació Cuarto Milenio, que existirían las plataformas de pago para ver series y películas? De repente te encuentras un mundo nuevo al que van incorporándose cosas nuevas.

P: ¿Cuál ha sido el programa por el que más os han felicitado?

Iker: Te va a sorprender, pero fue cuando empezó la crisis, que hicimos una reunión de expertos en economía sobre qué había de verdad y de mentira en la historia de los cracs económicos. Ese fue visto una barbaridad. También fueron muy seguidos los especiales de Félix Rodríguez de la Fuente o el especial de las caras de Bélmez. Si hacemos un ranking, los temas que menos tienen que ver con Cuarto Milenio son los que más funcionan.

P: ¿El cuerpo os ha pedido alguna vez a lo largo de estos años un cambio profesional?

Carmen: Cuando hicimos el programa 13, que eran los que teníamos firmados en un principio, dijimos que dejábamos la televisión, justo cuando el programa estaba dando los datos de audiencia más altos de la cadena. No podíamos más, en aquella época nosotros hacíamos radio y televisión, teníamos la oficina en el mismo edificio, no pasábamos ni por casa. Teníamos una tienda de campaña en la redacción donde dormíamos a ratos, es totalmente cierto. Montábamos el programa en un portátil. Éramos cuatro en el equipo y queríamos hacer algo diferente a lo que se había hecho. No teníamos los medios de ahora.

Iker: Llegamos al despacho del director y le puse como excusa que yo los lunes jugaba al fútbol y que me estaba poniendo malo de no jugar (risas). Me preguntaron si estaba loco. La realidad es que tenía una vida diseñada y la tele fue una irrupción inesperada. Somos gente de la radio. Y más un programa tan específico como Cuarto Milenio.

P: ¿Qué os hizo cambiar de opinión?

Carmen: Cuando pasaron los 13 capítulos pudimos ampliar el equipo, que la mayoría continúan con nosotros, y hasta ahora.

Iker: Luego ya te vas habituando y al final te acostumbras.

P: ¿Qué os imagináis haciendo si el programa llegara a su fin?

Iker: Esto es una enfermedad. Yo siempre he estado desde niño en esto. Si mañana te quitan el programa mi modo de vida sería exactamente igual.

Carmen: Seguiríamos viajando, explorando, haciendo lo mismo.

P: ¿Conseguís desconectar del trabajo cuando llegáis a casa?

Carmen: Pues ayer por ejemplo estábamos en la piscina con la niña y no estábamos hablando de psicofonías (risas).

Iker: Lo importante es que tienes que tener sentido del humor con estos temas, mucha capacidad de pasártelo bien porque si no, no tiene sentido. Por mi parte, trabajar de la forma obsesiva como en la que lo hago con alguien que no te guste, no puede funcionar, es imposible. Para nosotros esto es un trabajo, una forma de vivir. No tiene tanto mérito, hay otras parejas televisivas que también trabajan en el ámbito.

Carmen: Lo que no sé es si 23 años.

P: Después de tantos años dedicados a lo paranormal, ¿creéis ahora más que antes en estos temas?

Carmen: Antes era más escéptica, ahora creo mucho más gracias a entrevistar a tanta gente que no gana nada cuando vienen a contarte cosas. Recuerdo un padre que se quedó enganchado a una torreta de electricidad. Llegaron los servicios de emergencias y le daban por muerto. Nos contó que vio todo el recorrido del túnel hacia la muerte, pero su hija le dijo que no era su momento y revivió. Esas experiencias contadas por un padre quieren decir que hay algo más. ¿El qué? No lo sé.

P: Cuando echáis la vista atrás a vuestra vida, ¿hay algo de lo que os sintáis especialmente orgullosos?

Iker: La sensación es que no ando desencaminado a la serie de proyectos que tenía cuando era niño. Cuando somos pequeños el mundo es mágico y cuando creces va perdiendo esa capa, porque la vida es dura y nos aleja de ese mundo maravilloso. Yo era entusiasta y pienso que no me he desviado tanto de aquel niño que tuvo su primera experiencia con ovnis en Vitoria. Y siempre con honestidad, sin querer mentir.

Carmen: Yo, por mi parte, me siento orgullosa de haber dado seriedad a estos temas, en una época en la que todo lo relacionado con lo paranormal era choteo máximo. El haber dado rigurosidad a un tema como es el misterio nos hace sentir bien.

P: ¿Vuestra hija Alma es tan valiente como vosotros?

Carmen: Sí, es muy valiente, no tiene los miedos que pueden tener otros niños. Además, dice que ella no tiene miedo porque duerme con sus padres.

P: ¿También le atrae el misterio?

Carmen: Le atrae todo, el otro día nos dijo que quería ser espía. Lo que quiera, pero que sea feliz haciéndolo. Hay una anécdota muy bonita: cuando tenía un año, casi no hablaba. Estábamos con ella en un restaurante en Ibiza y de repente la niña se levanta y empieza a gritar: "¡Un ovni, un ovni!". Claro, te puedes imaginar a todo el restaurante mirándonos y pensando que estarán metiendo en la cabeza de esa niña, pobrecita.

P: A vosotros después de tantos años, ¿os queda algún miedo?

Iker: Cuando eres padre tu percepción del miedo cambia hacia otros que tú no sabías que tenías. Lo de Mánchester, por ejemplo, ya casi no se recuerda. Vivimos en un mundo que va a una velocidad de vértigo impresionante y nadie se acuerda de lo que han tenido que pasar esas familias. A mí que vayamos a un sitio donde se hagan rituales, que haya fantasmas, pues la verdad, ya no me asusta.

Carmen: Pues el otro día tu cara no decía lo mismo (risas).

Iker: Porque impresiona. Pero el problema de verdad es el demonio humano que sí que es real. Es Piqueras el que da miedo, lo que cuenta. Por eso Cuarto Milenio tiene éxito, te saca un poco de esa cantidad de información rapidísima que muchas veces es mala. Somos un sitio para recuperar esa mente infantil que todos llevamos y que hemos cargado de prejuicios y responsabilidades. La gente con Cuarto Milenio conecta con el niño que fue.

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