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Los del Río, o cómo ganar más de 60 millones de euros con 'Macarena'

La mujer en la que se inspiraron resulta que se llama… Diana Patricia.

La mujer en la que se inspiraron resulta que se llama… Diana Patricia.
Los del Río | Cordon Press

Han transcurrido veinticinco años del nacimiento de "Macarena", la canción española que más derechos de autor ha conseguido hasta la fecha en las voces de Los del Río. Sus componentes, los sevillanos Antonio Romero Monge y Rafael Ruiz Perdigones, que empezaron actuando como noveles en programas de radio a partir de 1962, convirtiéndose ya en profesionales de las sevillanas y las rumbas en 1967, con su primer disco –celebran por tanto sus bodas de oro musicales- continúan en este verano de 2017 con la leyenda "Girando el Sur", donde mezclan sus ritmos populares andaluces de siempre con aportaciones de otros de procedencia caribeña. Es lo que ellos llaman en su última producción discográfica "Los del Río Tropical". Allí han incluido su versión marchosa latina de "Macarena", esa rumba universal que los ha convertido en millonarios. Son ciento diez millones de copias los que se han vendido en todo el mundo; que se mantuvo catorce semanas en las listas de éxitos de la acreditada revista musical "Billboard", récord histórico en un disco español. Incontables las versiones que han realizado grupos y solistas en varias lenguas. Algo que nunca podían imaginar sus creadores. Porque Los del Río siempre tuvieron claro su modestia. Empezaron cobrando trescientas pesetas entre los dos, de las que debían restar cien para pagar sus desplazamientos en taxi. Su caché fue moderado en los años 60, 70 y 80. En la primera de esas décadas citadas pasaban largas temporadas en Madrid, en los "tablaos" más concurridos de la época: "Gitanillo´s", "Las Brujas"… Cantaron en espectáculos de Lola Flores y otros grandes artistas, pero Antonio y Rafael cobraban poco, lo justo para ir tirando, no sin pasar días de penuria, porque debían ahorrar para mandar periódicamente un giro postal a sus familias. Ambos tienen, cada uno, cuatro hijos, que los han convertido en abuelos. Y se llevan como hermanos desde que decidieron recorrerse el mundo juntos cantando rumbas flamencas. Sólo eso ya tiene mérito, pues cumplir así más de cincuenta años no es algo común en el ambiente artístico.

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Mucho tienen que agradecerle a personajes de la aristocracia que los llevaban a fiestas particulares, pagándoles por supuesto. Uno de los primeros que más los ayudó fue el marqués de Cubas, así como su hermano, el marqués de Griñón. En los primeros años del matrimonio de Julio Iglesias con Isabel Preysler Los del Río amenizaron algunas de las reuniones donde asistía la pareja. De ahí que decidieran componerle una rumba a su primogénita, "Chabeli", que grabaron con cierto éxito. Puede decirse que los dos rumberos sevillanos, tras ganarse el pan todas las noches en el respectivo "tablao", fueron saliendo de su humilde condición gracias a los "extras" que percibían en esas presencias privadas, en fiestas donde se daba cita la entonces llamada "jet society". Hasta llegaron a cantarle al rey don Juan Carlos, que se sentía muy a gusto disfrutando de esas canciones populares tan pegadizas. Doña Sofía ya es sabido que tiene depositadas sus preferencias musicales en los conciertos clásicos, en tanto a su vez el monarca emérito suele recurrir a Morfeo cuando ha tenido que acudir al Auditorio Nacional o al Teatro de la Ópera.

Más de treinta años cantando y ya con unos considerables ahorros, Los del Río se habían construido sus viviendas en Dos Hermanas, el pueblo natal de Rafael Ruiz, que no el de Antonio Romero, que es de Alcalá de Guadaíra, aunque haya vivido casi toda su vida en Dos Hermanas, y donde siguen habitando. Pero hasta 1991 no puede decirse que fueran millonarios. Dos buenos chalés, una cierta seguridad económica, la satisfacción de haber criado sanamente a sus ocho hijos, dándoles buenos estudios y el gozo de que eran un dúo popular en toda España y en ciertos países sudamericanos. Hasta que llegó la explosión de "Macarena". Y esa sola canción cambió sus vidas y, por supuesto, sus cuentas corrientes. Que sesenta y pico millones de euros que llevan ganados no es algo que uno lleve al banco todos los días.

Estaban Antonio y Rafael invitados por el millonario venezolano Gustavo Cisneros (aquel a quien el Gobierno socialista de Felipe González le cedió muy ventajosamente la cadena de Galerías Preciados, que al poco tiempo vendió por cien veces lo que le había costado). Y en aquella fiesta resulta que salió a bailar una joven maciza que despertó la admiración de Antonio Romero Monge, la voz cantante de Los del Río, digamos que el más atractivo, el del pelo blanco. Quien en un arranque espontáneo, como cuando en los toros un aficionado se lanza con un "¡olé, torero!", le gritó: "¡Dale a tu cuerpo alegría, Magdalena…!" Sí, no nos equivocamos: dijo Magdalena. Como podía haber pronunciado cualquier otro apelativo femenino. La frase no pasó inadvertida para su compañero, Rafael Ruiz. Y en su momento se confabularon para crear esa "Macarena" triunfal, Antonio habitual letrista del "tándem", y Rafael, con su guitarra, ocupándose de las notas musicales. El primero de los citados resolvió que lo de "Dale a tu cuerpo alegría, Magdalena…" había que retocarlo, y dedicarle la expresión a Macarena. ¿Razón? Que tiene una hija así llamada. Amén de que en toda Andalucía abundan. La letra, continuaría así: "Que tu cuerpo es p´a darle alegría y cosas buenas". Y después incluir a un novio apellidado Vitorino, y los veranos marbellíes de la muchacha, que se compra sus vestidos de última moda en El Corte Inglés y que le gustaría irse a vivir a Nueva York "y ligar un novio nuevo". Con esos mimbres se editó en disco "Macarena" en 1993 que, aunque tuvo una difusión aceptable no llegaría a ser ese número 1 hasta unas temporadas más tarde, cuando se implicó una multinacional americana y con acertada promoción y la gratuita ayuda del Presidente Clinton para su campaña hacia la Casa Blanca hicieron el resto: la conversión en pieza multimillonaria para Los del Río. Como este verano ha sucedido con Luis Fonsi con "Despacito".

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Y ¿qué se sabe de aquella medio mulata que les inspiró la canción? La reportera Ana María Ortiz rastreó informativamente hasta encontrar a Diana Patricia, su nombre artístico, aunque se llame realmente Amanda Herrera Betancourth. Una caraqueña de cuarenta y cinco años, que baila, es actriz de culebrones, bailarina y tiene una academia de arte flamenco. Sabedora de que es la "Macarena" cantada por Los del Río, su representante ha sabido explotar tal circunstancia.

En cuanto a Rafael y Antonio, sólo nos queda resaltar una vez más la sencillez que siempre ha presidido su vida, junto a una simpatía natural. Otros, en su caso, y sería innecesario aportar nombres, dada su condición de millonarios, se hubieran construido cada uno su mansión en vayan ustedes a imaginar qué lugar de ensueño. Pero prefieren Dos Hermanas, que es una preciosa ciudad muy cercana a Sevilla. Y nunca se les ha ocurrido cambiar de amistades, alternar privadamente con ricachones en yates de lujo. Prefieren estar con sus amigos de toda la vida y no "hacer vida de millonarios". Esto es: no presumir. Y, por encima de todo, siempre la familia, en el lugar donde nacieron, junto a sus ancestros, sus descendientes. Gozando lo que pueden de manera tranquila. ¿No es así también don Amancio, el dueño de Zara? Una lección para todos en estos tiempos en los que el dinero es ese becerro de oro que ha llevado a la cárcel a más de un avaricioso delincuente de guante blanco.

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