La de Florentino Fernández, alias Flo, vigilante jurado de Sacedón que tras un casting acabó catapultado a la fama casi inmediata, es una historia que nos sabemos casi de memoria. Pero hubo invitados especiales: el último Mi casa es la tuya de Bertín Osborne incluyó una loa a Pepe Navarro, al fin y al cabo su descubridor en Esta noche cruzamos el Misissippi, y hasta un pequeño homenaje a Chiquito de la Calzada, de la mano de las imitaciones de Flo.
Como quien no quiere la cosa y antes de aposentarse en el sofá, Bertín nos dio una vuelta por su monumental casoplón. Nada que ver con los humildes orígenes de Flo, que de niño "dormía en la misma cama con mi hermana y mi abuela, y mis padres en la habitación de al lado". La fama no le debía ser del todo ajena, pues ya en el colegio se hizo popular a fuerza de imitar a Felipe González, Carrascal, Arozamena y otras voces de la época. "Llegué a tener una crisis de identidad porque imitaba a todo el mundo".
Vendedor de ropa de cama en El Corte Inglés, camarero... hasta que "rompí en vigilante". En el Polígono de Villaverde, donde "por puro aburrimiento, hacía imitaciones". Flo hizo caso de un aviso de casting del programa de Pepe Navarro y, sin preparar nada, se llevó el trabajo. El personaje era Lucas Grijander, y el sueldo, 380.000 pesetas al mes. "¿Cuánto tiempo tienes que estar aquí? Lo que haga falta. A las dos cogía mi coche y hacía mi turno de cuatro de la mañana a una en el polígono. Hasta que salió el personaje de Crispín y aquello fue una locura".
Florentino lleva casado veinte años y tiene un hijo de 13 años. "Ella formaba parte del equipo de producción cuando hacíamos El Informal, y él es igual de tonto que yo. Pero bastante más guapo". Pero hay un hombre discreto tras la risa: "Soy celoso de mi vida. Soy famoso por mi profesión, pero eso me viene con el hecho de hacer reír". Tanto es así que el programa tuvo que rellenar esos vacíos con los dos copresentadores del programa de Flo…. "La prensa rosa no me gusta", dijo al respecto.
Si por algo destacó el último programa de Bertín es por los muchos invitados especiales que acompañaron al principal. El primero, Dani Martínez, a quien conoció en un programa de imitaciones con Josema Yuste y con quien llegó a pelearse de nuevo con el corchopan: "Él apunta en sus notas a los que conoce, y a mí me puso a hacer voces de puta madre", dijo su compañero en Dani & Flo. Tiempo después, el propio Flo, un tipo que sabe ceder su cuota de protagonismo cuando hace falta, convocó a Martínez a un casting para Tonterías las justas. El trato entre ambos es más que familiar: estos dos demostraron una vez más que no son compañeros de trabajo sino amigos.
Lara Álvarez, la benjamina del grupo, apareció en tercer lugar y recordó sus comienzos con Nieves Herrero y Jesús Hermida. La química de la asturiana con el grupo parecía inevitable, y el trato con Martínez, mucho más que familiar…: "Dani parece un golfo, pero nunca le he visto faltar al respeto a una mujer". Su presencia era necesaria por otras cosas: solo Lara pudo definir perfectamente la amistad entre los otros dos: "Son amigos como yo he visto pocos", dijo a Bertín mirando a sus dos compañeros, ajenos a todo y enfrascados en sus cosas.
Llegó Pepe Navarro, pasada la medianoche. Y Dani Martínez no dudó en reprocharle un casting que hizo para él y en el que no resultó elegido. "Mi cuenta corriente echa de menos estar en la tele", bromeó, al tiempo que prometía (anunciaba) un futuro programa.
Pero el gran reencuentro, el de Crispín Klander y su jefe Pepe Navarro repitiendo sus chistes de hace dos décadas en el Missisippi. "Te veo modosito"; "tu cabeza es enorme"; "Bertín, ¿te puedo montar?"; "estás precioso Bertín"; "Bertín, estás para reventarte". Ni que decir tiene que el personaje se sintió inmediatamente atraído por el presentador, a quien se arrimó y forzó literalmente a darle un beso en la boca. Bertín se puso colorado.
"Flo está acabado, no sale en nada que funcione. Y también tú, tú sí que no sales", le espetó Crispín a Navarro, que sabía perfectamente cómo tomarse las cosas. De todas formas, le acabó montando igual. La última edición de Mi casa es la tuya fue la más loca y divertida de las que se recuerdan.