Cruzamos el ecuador de este esperado Operación Triunfo 2017 y ya no cabe duda: el programa no ha sufrido por la necesidad de repetir el formidable éxito de la primera entrega hace ya más de una década, y por eso y por otras cosas, es todo un éxito.
La razón es sencilla: el nuevo OT es un espacio que simplemente engancha, tiene todo lo que se puede esperar de un talent-show con ribetes de reality y por eso anota diariamente varios trending topics en Twitter, gracias a ese público que sigue fielmente el directo de OT a través de Youtube.
Pero ¿cuáles son las diferencias entre esta versión y sus antecesoras, y qué ha hecho que el programa parezca lo mismo pero totalmente distinto?… Pues muchas y variadas, y compararlas es en parte absurdo. Lo único cierto es que se acabó el "bisbalismo" y comienza el "amayismo".
Los haters de este tipo de programas siempre dicen lo mismo. Que los chicos de OT2017 no dejan de ser cantantes frustrados de orquestas, que cantan francamente mal, que la música que escogen no tiene calidad ninguna. Todo, naturalmente, sin haberle dado una oportunidad a esta nueva edición. Lo cierto es que, en ese sentido, este año el casting no ha tenido nada que ver con los anteriores, y pese a que –evidentemente– el 80% de los chicos acaben siendo un Bisbal o incluso una Chenoa, lo cierto es que ni su estilo ni su cultura musical actualmente es esa (otra cosa es que acaben en productoras que los infecten). En eso, en verlos crecer, consiste la magia de esta edición.
Otra de las maravillas, es que tú, que estás leyendo esto y te guste OT 2017, hasta hace unos días quizá no supieras quien era El Kanka, Rozalen o Andrés Suárez. Todos ellos cantautores relativamente independientes alejados de la música comercial de discotecas y emisoras de grandes éxitos. Muchos de esos artistas se han sorprendido de ser llamados para ir a ver a los concursantes, de formar parte de un concurso de música comercial como hasta ahora ha sido Operación Triunfo. Esta elección ha salido extraordinariamente bien a sus responsables, y ha ayudado a que este OT tenga una nota distinta. Gracias a estos chicos no puedes dejar de tararear canciones como "Lo mal que estoy y lo poco que me quejo".
Abiertos a España
Pero si algo hay que destacar de esta edición es la manera en la que RTVE ha logrado llevar a toda España el talent show en los más variados soportes.
Desde primera hora de la mañana puedes seguir a los chicos en la academia gracias a youtube, seguir cómo desayunan (sí, ese aroma a Gran Hermano en realidad ayuda a espolear la curiosidad) y escuchar cómo ensayan. Puedes ver el reparto de temas los martes por la tarde a las 16:00... ¿Una fricada para adolescentes? Puede ser, pero ahí están conectados todos los días más de 30.000 personas. Y es que amiguit@s, la televisión y las formas de ofrecer contenido han cambiado, y los autores del nuevo OT han sabido incorporarlos a su programa.
Los Javis
Y llegamos a ellos, los Javis. Otra de las genialidades de este año son los profesores, que han logrado conectar con la base de fans tanto o más que los concursantes.
Los Javis han conseguido dar un aire fresco a un programa que podía volver a la rutina de las últimas ediciones, consiguiendo no solo dar visibilidad a grandes problemas que siguen ahí fuera (homofobia, machismo, feminismo...) pero siempre con vistas a ofrecer un contenido apto para todos. Desde aquí pedimos que si algún día RuPaul llega a España, ellos sean jurado.
Para finalizar, no usaremos la frase "Larga vida a OT". Pero sí esperamos que RTVE sepa explotarlo de la mejor manera posible pero sin conseguir que se transforme en un programa insoportable. Por el bien de todos y del propio programa. ¿Verdad, Telecinco y Gran Hermano?