Estamos de vuelta. De regreso de unas de las mejores vacaciones que he pasado en lo que va de vida. Hacía mucho tiempo que no desconectábamos de una forma tan radical y real. En lo que llevamos de vida marital esta vez sí que hemos conseguido tener un mes de vacaciones. Y eso ha sido gracias tu esfuerzo (ya sé que te asusta mucho el estar tantos días dedicada a tu otra vida ociosa) y al mío (no coger el teléfono y olvidarme de los dichosos y abundantes e-mails). Y este-nuestro esfuerzo ha tenido frutos totales y definitivos para darme cuenta de muchas cosas, entre ellas, que el estar contigo hace que mi vida sea más plena. Todo ello lo he descubierto estando cuatro días con nuestros amigos Manolo Cáceres y José Luis Miranda. Su casa de campo en Ávila es un escándalo. Nunca pensé que disfrutaría tanto yendo de excursión, a través de parajes imposibles e incómodos, con la mochila repleta de comida (fabulosos el ajoblanco y gazpacho) que culminaban en baños refrescantes, a veces demasiado. Pero quizá sí sepa donde radica el éxito de esa convivencia: la mezcla de frivolidad infinita con intelectualizaciones muy arraigadas. Eso lo vi en la persona de Juanillo (último descubrimiento) que también nos acompañó en esos días. Me encantó ver como pasabas de la risa más escandalosa cuando nos representó a Bette Davis en La Solterona a enfrascarte en una larga e intensa conversación acerca de sus viajes astrales. Cada día te conozco más y te vi realmente cómoda. Eso por no hablar de la visita (gestionada por servidor) a la mini feria a la afueras de la ciudad con viajes en los coches de choque donde me divertí a rabiar, a pesar de los golpes que nos propinaron los allí presentes solo por el mero hecho de ser famosos; golpazos que cesaron cuando decidiste cambiar de co-piloto y te subiste con el que sé que es uno de los últimos chicos que más te gustan, Ronaldo culturista profesional con un cuerpo un tanto desproporcionado para mi gusto….

La vuelta a Madrid se materializó en dar el último empujón a nuestra nueva casita-despacho (montando mesas compradas en ebay, colgando más cuadros) y así inaugurar la terraza tiki con meriendas con la familia y amigos. No han faltado visitas al rastro donde encontramos, de nuevo, mil joyas... Más mañanas de paseos, compras varias y comidas (en eso sí que no nos hemos reprimido, ¡¿eh…?!) que dieron paso a uno de nuestros acontecimientos más esperados del año: El Festival Internacional de Benicasim. Allí que nos fuimos con las Nancys y más amigos como Silvia Superstar y otro último descubrimiento, Miguel Neira (¿te he dicho que nos va a hacer las fotos promo del nuevo disco de Nancys Rubias?) además de Miguelito Parla (que ha jurado hacerse fijo para las próximas ediciones). El Fib es lo más, hay de todo: música, vida social, mucha barra libre y un puesto de comida asturiana que te pierde. Uno de los mejores festivales de música con una organización exquisita y mejor trato (me encanta el recibimiento que año tras año me hacen los chicos de la barra de la zona vip; sé que soy muy tonto, pero me encanta sentirme querido..)

Al día de estar allí interrumpí mi estancia para cogerme un tren destino Barcelona. En la ciudad condal me esperaba uno de los momentos más deseados: El concierto de Blondie. Durante el trayecto lento, largo y pesado pensé en muchas cosas: en lo unido que estoy a ti, en mis dudas respecto a si últimamente estoy asumiendo demasiado trabajo, en la muerte de Angelito que tengo asimilada pero aún no del todo superada, en lo feliz que veo a mi hermana Marta, en lo maravillosa que es tu mami y en la preocupación constante hacia mis padres. De todas estos pensamientos (tan necesarios y que afloran cuando uno está solo) me sacó la Nancy Travesti que me acompañó a ver a Deborah Harry. Él se aburrió mucho, despotricó todo y yo disfruté como el que más en primera fila. Gracias a Javier (organizador del festival) le conocí , me hice la foto de rigor y me firmó una de ella con Warhol, (obra de Makos) que me regalaste por nuestro séptimo aniversario.

De vuelta a Benicasim, mas revelaciones: nuestro momento cósmico de reafirmación absoluta en nuestra relación con destellos flúor incluidos. Todo ello a pesar de lo que había alrededor (te prometo que me metí de lleno en nuestro universo, aunque tu no lo creas….); el conciertazo de THE KILLS; la actuación de Jorge Calvo emulando a la Madonna más jamona y tu decepción en el concierto de una Siouxsie que no estuvo como esperabas. Un día hablaremos de las diferencias entre ella y Blondie.

Al regreso de Benicasim ya empezaron tus momentos de agobios, de miedos, de pensar que no te da tiempo a nada….Cuando ya estábamos concienciándonos del final de las vacaciones tuvo que ser nuestra amiga CANDY LOVE la que puso el broche de oro a este mes vacacional. Y de nuevo, una reafirmación más: Candy es de las personas que más admiro, me apasiona su naturalidad desbordante, su falta de prejuicios, su capacidad de amoldarse desde el sector más rock y pasota de Tomy Lee a la espiritualidad india (con ritos incluidos) de su nuevo novio, que nos presentó en sociedad. Hacía cuatro años que no la veíamos y estuvimos como si la hubiéramos visto el día anterior. Ahí es donde advierto la verdadera amistad entre las personas.

La vida normal ha vuelto. El sábado volviste a dar conciertos (feliz de la vida, lo sé y me alegro, de veras), las reuniones con Nacho para hablar de la nueva aventura de Fangoria (incluido Londres), la Cope, la dieta estricta, tus sesiones de gimnasio…Por mi parte: grabación del nuevo disco de Nancys, comida con Gatti para hablar de la portada, sesiones de fotos con Vicky Martín Berrocal, planificaciones varias y mil proyectos más, afortunadamente.

Hoy es lunes 4 de agosto, en breve cogeremos un tren destino Santander donde darás una conferencia dentro de unos ciclos organizados por la Universidad Menéndez Pelayo.

Y aunque ya sé que las vacaciones han pasado ( te pongo una selección de fotos que te ayuden a revivirlas) tengo que decirte que no me entristece en absoluto ya que todo lo que viene a partir de ahora me llena tanto como lo que hemos vivido en este último mes. Eso es el lujo de la vida: que lo cotidiano, la rutina y el trabajo me hacen muy feliz. Y eso es algo que también comparto contigo.