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La trola más fea de Filippetti convierte 'Top Chef' en otro programa

Los aspirantes a Top Chef fueron a las casas de Roncero y Chicote a superar la prueba de la semana. 

Los aspirantes a Top Chef fueron a las casas de Roncero y Chicote a superar la prueba de la semana. 
Filippetti, en el centro | Antena 3

Guerra de restaurantes, la prueba más temida de Top Chef. Una de las competiciones más temidas que, en esta sexta edición del talent culinario, llevó a los equipos a dividirse entre la terraza del Casino de Madrid (los dominios de Paco Roncero) y el Yakitoro de Chicote.

Filippetti y María Rosa fueron jefes de equipo en esta ocasión. El primero por no haber demostrado aptitudes anteriormente, y la segunda por ser la eterna tapada de la edición y no haber tenido nunca esa responsabilidad. Esta podía ser, entonces, la redención de ambos.

Y aquí vamos: dos propuestas de primero, dos de segundo y un postre para cuarenta comensales. Cocina de fusión en la casa de Chicote y de vanguardia en la de Roncero. Pero lo más peligroso de todo: pisamos los dominios de los jueces, que en esta ocasión se mostrarán todavía más exigentes. El resultado solo podía ser descontrol.

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Filippetti y las dichosas cúpulas | Atresmedia

Ceviche de marisco (que, les adelantamos, fue un fracaso), consomé de miso, pichón o lubina con ñoquis de pimiento (mucho mejor) y, finalmente, un bizcocho de avellana fueron las opciones del siempre desorganizado Filippetti, del Cadaqués de Gerona, que tuvo a Roncero encima, susurrando y cuestionando durante las dos horas de elaboración del menú. La tensión se mascaba desde el principio, pero quedaba lo peor. Sin el postre decidido y con Marcano en la sala y limpiando pescado, el pánico se apoderó muy pronto del grupo: no iban a llegar. Y un problema final, las cúpulas destinadas a emplatar el ceviche, que Filippetti no supo rematar. Había que hacer cuarenta. "No puedo prestar atención a todo", se lamentaría el argentino más tarde.

Al final, todo salió más o menos gracias al don de gentes de Marcano, que quedó fuera de la cocina y volvió a darse la paliza de correr de la cocina al comedor mientras dirigía el servicio, tratando de vender la moto de la sopa y no del ceviche. ¿La razón? Una cosa estaba hecha y la otra no, dando lugar a los momentos más hilarantes de Top Chef. "Pidan sopita, que hace frío fuera y el ceviche es crudo". Viva Marcano, Marcano es la luz.

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María Rosa, a la izquierda, en el Yakitoro | Atresmedia

Vámonos al Yakitoro con el equipo naranja de María Rosa, del Ars Vivendi, la concursante más discreta de Top Chef y, por eso mismo, la gran incógnita de esta edición. La casa de Chicote hace fusión oriental e hispana, un mestizaje de tapa española y brocheta asiática que se aprecia perfectamente en su plato estrella: el tataki de atún con ajo blanco. Ni que decir tiene que si Chicote normalmente es exigente, ahora todavía más, con el chef dudando desde el principio de si la propuesta de María Rosa (al contrario que Filippetti, toda ella serenidad) respetará la esencia de Yakitoro. Pero, ¿a quién hacemos caso, a la jefa de grupo o al jefe de todo esto?

El caos cundió con María Rosa, supuesta jefa de equipo, en la sala tomando comandas en lugar de en la cocina. Rakel Cernicharo, muy nerviosa como siempre, quiso dar más directrices que la supuesta jefa, con toda su sangre de horchata. Un contraste calor/frío que dio momentos complicados como cuando una histérica Rakel decidió, sin consultar a la jefa, las gambas del menú sin informar a nadie. ¿Resultado? Caos y miradas de ira homicida de Alberto Chicote. ¡Ay, Rakel, el estrés!.

Nada comparado con lo que pasó después con la última argucia de Filippetti, confesando en el sexto programa que es celiaco y, por tanto, no puede tomar soja. Naturalmente, era una trola, hemos visto al argentino comiendo pizza en todos los programas. Richard y Rakel reconocieron la firma del argentino, lo sabían y salieron de la cocina enojados: "Eres un perro malo, te he visto tomar pan", dijeron tras una argucia de mucha vergüenza ajena. Muy mal, Filippetti, muy mal compañero. La posterior bronca de Chicote era merecida, pero peor fue la de la siempre exaltada Rakel, más digna de las polémicas y rencillas personales de Pesadilla en la cocina que de la sana competición de Top Chef. Tras este momento propio de Gran Hermano, al final el aspirante pidió perdón, pero cuando la travesura estaba ya hecha.

Una mentira que no impidió la victoria del equipo gris, que simplemente salió mejor parado de su prueba en el Casino de Madrid. Los de Yakitoro no entendieron la esencia del local, tal y como advirtió Chicote desde el principio.

La prueba final para descalificar a uno de los integrantes del equipo gris tuvo lugar en territorio de Susi Díaz, dedicada a la cocina mediterránea. Una crema de caldero con salmonetes tan difícil de rematar que María Rosa no pudo siquiera emplatar su propuesta sirviendo el plato crudo y con escamas. ¿Resultado? Aparte de una crisis de ansiedad de Rakel, que sí llegó a terminar, la expulsión esta vez estaba clara. La veterana María Rosa, con la fuerza suficiente para superar dos cánceres, esta vez no pudo sobreponerse a la limitación de tiempo de la exigente prueba. María Rosa no pudo superar su condición de eterna tapada del concurso y quedó fuera de Top Chef en su sexto programa.

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María Rosa, fuera de Top Chef | Atresmedia

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