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Museos de Nueva York o razones para visitar la Gran Manzana (III, el Guggenheim)

La versión neoyorquina del Guggenheim fue el primer museo de la ciudad que visité, antes de llevar 48 horas en Nueva York. Lo hice por dos razones que en aquel momento resultaban de importancia similar: ver por fin un edificio (y que edificio) de uno de mis arquitectos más admirados (el genial Frank Lloyd Wright)… y tener un sitio en el que refugiarme del frío y el viento que me estaban masacrando desde horas antes.

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Centrándonos en el museo en sí, que es de lo que he venido a hablarles, como diría el genial Paco Umbral, la neoyorquina fue la primera sede en la que la Fundación Solomon R. Guggenheim expuso su colección de arte moderno. Aunque en sus inicios en 1937 no lo hacía en su actual y maravillosa sede, que fue inaugurada en 1959, poco después de la muerte de su autor, de forma que Lloyd Wright no vio terminada la que desde entonces ha sido considerada una de sus grandes obras maestras.

El edificio original (en 1992 se amplió adosándole una torre rectangular con un resultado más que dudoso) está dominado por una enorme espiral que podemos ver desde el exterior y que, ya sólo al intuirla de fuera, nos llama poderosamente la atención.

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En el interior esa espiral es un gran rotonda, acabada en un techo de cristal y en cuyas paredes se colgaban los cuadros de la colección (ahora se dedica a exposiciones temporales). Así, la peculiar experiencia para visitar el museo no era el típico pasar de una sala a otra, sino que se entraba en la gran rotonda, se subía al último piso y desde allí se bajaba descendiendo por la suave pendiente y sin dejar de ver cuadros.

En definitiva, un museo completamente diferente.

Además de esa experiencia tan distinta a la hora de contemplar las obras de arte, el Guggenheim es en sí mismo una creación que merece ser contemplada y, sobre todo, disfrutada: a pesar de lo revolucionario de la propuesta el edificio es (y era más todavía antes de la ampliación del 92) una maravilla de equilibrio y elegancia y podríamos mirar durante hora su exterior de formas suaves y casi sin detalles, de blanco cemento que parece.

La colección

El Guggenheim es, probablemente, el más grande de los museos “pequeños” de Nueva York. Pequeños si los comparamos con mastodontes como el Metropolitan o el MOMA, pero de singular importancia si tenemos en cuenta que son, al menos en su origen, el resultado del afán coleccionista de un único individuo y, sobre todo, de su esfuerzo filantrópico para hacer de esa colección privada un espacio para que el público disfrutase del arte.

También son, y eso es algo que me encanta, la demostración clara de que no es necesario que el estado subvencione y patrocine a los artistas, sino que esa es una función que puede cumplir perfectamente el sector privado y, además, al final el gran público puede disfrutar de ese arte.

Foto:www.guggenheim.orgEn el caso del Guggenheim, aunque la fundación original era la creación de un único amante del arte, Solomon R. Guggenheim, la colección se ha ido ampliando con otras donaciones y otras colecciones (tanto que ahora se encuentra esparcida por otros cuatro museos del mundo, entre ellos el de Bilbao que ustedes conocerán).

En Nueva York la exposición permanente es un no muy extenso pero sí muy intenso paseo por lo mejor del arte de los siglos XIX y XX, comenzando por varias obras maestras del impresionismo, incluyendo un par de Van Goghs; pasando por algo de lo más granado de Picasso tanto de su etapa más figurativa (impresionante la “Mujer planchando”) como de su diferentes momentos cubistas; recreándonos en varios maravillosos Kandinskys y disfrutando, en suma, de obras de prácticamente todas las vanguardias del S XX.

El número de cuadros expuestos no es muy alto así que podemos cumplir una visita muy provechosa en una tarde o parte de una mañana que nos darán para contemplar con atención tanto las obras como el edificio.

Para el resto del día crucen la Quinta Avenida y paseen por Central Park. ¿Pueden imaginarse un programa mejor?



MÁS INFORMACIÓN

Página oficial del Guggenheim de Nueva York
Frank Lloyd Wright en la Wikipedia

En esta serie:
Museos de Nueva York: I, el Metropolitan
Museos de Nueva York: II, el MOMA

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