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Salamanca: 800 años siendo una ciudad joven y cada día más guapa

Sin duda una de las ciudades más hermosas de España, una de las que tienen más historia y, curiosamente, una de las más jóvenes.

Sin duda una de las ciudades más hermosas de España, una de las que tienen más historia y, curiosamente, una de las más jóvenes.
Salamanca, monumental e impresionante

Tiene Salamanca una mezcla curiosa y no excesivamente frecuente: por un lado es, obviamente, una ciudad antigua con un patrimonio monumental e histórico impresionante, con toda una parte vieja que es, casi literalmente, un viaje al pasado.

Por el otro, en cambio, es una de las ciudades con más jóvenes y más animadas que he conocido, y lo es en ese mismo centro histórico en la que están los monumentos principales, no hay un barrio más allá de esos que no tiene nada que ver con el día a día del resto de la ciudad.

La razón, obviamente, es que es en ese centro histórico donde están las dos instituciones que honran la tradición universitaria de la ciudad; una tradición que ya ha cumplido 800 años, por cierto. Si a esto le añadimos que esa parte histórica es relativamente pequeña el resultado es que entre universitarios, salmantinos de pro y turistas tenemos un conjunto de calles casi efervescente a casi cualquier hora del día. Una delicia sobre todo porque, al fin y al cabo, la cosa tampoco resulta agobiante.

La Plaza de las plazas

Buena parte de esa animación nocturna y diurna tiene como epicentro La Rúa, la calle que une dos de los grandes símbolos de la ciudad: la Plaza Mayor de un extremo y la Catedral del otro, el poder civil y el eclesial.

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La Plaza Mayor de noche | C.Jordá

La Plaza Mayor tiene fama de ser una de las más bonitas de España. Y no sólo lo es: de alguna forma yo diría que es la culminación estética de esa idea urbanística tan española que son las plazas mayores. Barroca, pero también clásica, bajo sus arcos y entre sus cuatro lados se puede ver pasar buena parte de la vida de la ciudad.

Iba a decirles que me gusta especialmente por la noche, cuando brilla con su iluminación cálida que llena de luz sus balconadas; pero lo cierto es que también me encantó por la mañana, con la gente entrando a los bares a despertarse con otro café y los comercios aún andan preparándose para el día por delante; o por la tarde, cuando el último sol tiñe de rojo la fachada del Ayuntamiento, dándole a la piedra un tono tan intenso que parece pintada. Resumiendo: es una maravilla a cualquier hora en la que se acerquen a disfrutarla.

Dos catedrales

No les voy a decir que la Catedral me gustó más que la Plaza Mayor porque no sería cierto, pero sí tengo que reconocerles que me sorprendió más, probablemente porque mi recuerdo de ella de visitas anteriores ya muy lejanas era más difuso, menos nítido.

Así que les tengo que confesar que me impresionó tanto por sus dimensiones como por su belleza, con ese gótico final tan español y tan espectacular aunque ya no tan puro y que acaba casi como infectado del barroco del impresionante cimborrio.

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El interior de la Catedral | C.Jordá

Hay dos cosas de la Catedral que son excepcionales: la primera es que no es una sino dos, el único caso que conozco en España de dos catedrales antiguas completas y las dos, cada una en su estilo, muy bellas. De la "nueva" ya les he comentado, la vieja es un templo más modesto, pero de un precioso gótico primitivo tan primitivo que por momentos se hace románico, como en el espectacular cimborrio que es de ese románico tan especial que en España sólo podemos ver en Zamora y Toro, además de en Salamanca.

La segunda cosa excepcional es una visita turística, Ieronimus la llaman, que nos permite una perspectiva nueva del gran edificio, desde una pasarela en lo alto de la nave central, desde el techo junto a la Catedral vieja y, por supuesto, entre campanas en la cima de las torres. Realmente, es una forma diferente de ver una gran iglesia y no deberían perdérselo incluso a pesar de la buena colección de escalones que tendrán que subir y bajar.

De universidades y conventos

Como les contaba al principio, igual que las catedrales, también son dos las universidades que hay en Salamanca y que es más que recomendable visitar. Están muy cerca una de otra y la más moderna es del siglo XVIII, ahí es nada.

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La fachada de la Universidad | C.Jordá

La Universidad de Salamanca, la más antigua, tiene la fachada plateresca que todos ustedes habrán visto en alguna ocasión y que es, sin duda, una de las más bellas de España y me atrevo a decir que de Europa. Me encanta la sencillez de su estructura, al mismo tiempo que la barroca abundancia de la decoración que esconde muchas más sorpresas que la estúpida ranita que todo el mundo se empeña en buscar.

El edificio de la Universidad se puede conocer por dentro, acceder a las aulas en las que han dado clase alguno de los grandes hitos de la historia cultural española, disfrutar de las vistas de la catedral desde el precioso claustro…

También se puede visitar la Universidad Pontificia está en el impresionante complejo construido en los siglos XVII y XVIII, con una gran iglesia que es otra de las fachadas más bellas de la ciudad –y en la que se puede subir a las torres y disfrutar de una magnífica vista de Salamanca-, un claustro absolutamente excepcional y una escalera volada que es en sí misma un espectáculo arquitectónico.

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La escalera de la Universidad Pontificia | C.Jordá

Bueno, en realidad toda la ciudad es un espectáculo y tengan en cuenta de que con lo mucho que les he contado aún me he dejado mucho más por contar: el Huerto de Calixto y Melibea, la Casa de las Conchas, las deliciosas riberas del Tormes, los restos arqueológicos, el Museo del Art Déco… No esperen más, vayan ya.

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