La terapia del color influye de manera positiva en nuestras vidas pues los colores nos hacen ver la vida desde otro punto de vista. A la hora de vestir solemos llevar colores vivos que resalten o llamen la atención, pero ¿por qué no los usamos también en nuestras casas? No es necesario pintar cada pared de un color, bastaría con pintar una de ellas. ¿El resultado? Una habitación completamente diferente y con nuevos aires. Los colores se pueden integrar de una manera sencilla a nuestras viviendas. Está demostrado que además influyen en nuestro estado de ánimo y pueden ocasionar efectos positivos o negativos, y por otro lado nos sirven para crear espacios.
La cromoterapia sigue este mismo sentido, por lo que cobra especial importancia los sentidos, estando cada uno de los colores asociado a una función concreta. En ello se basa la pseudociencia china conocida como Feng Shui, que consiste en relacionar los colores con los sentidos. En ella se representan los colores con los cinco elementos (fuego, tierra, metal, agua y madera), con un significado concreto para cada uno (estimulante, creativo, pacífico y relajado). Pero no hay que olvidar que elegir el color adecuado para la decoración del interior de una vivienda es complicado y hay que saber escoger de forma correcta.
El amarillo mejora la mente y el tono muscular, invita a la creatividad y la originalidad. Se recomienda en casos de personas nerviosas o intranquilas. En esta línea también tenemos el dorado, un color que suele usarse muy poco en decoración pero que bien aplicado puede crear un espacio elegante y sofisticado. No hay que emplearlo en exceso, tan solo pintando una pared de color oro y con una buena iluminación la habitación habrá dado un cambio de 180 grados.
El rojo esta asociado al amor, fuerza y energía. En la ropa estimula la sensualidad, en cambio en las paredes puede elevar la presión sanguínea y acelerar la respiración, por lo que no es recomendable usarlo en habitaciones, aunque sí en cocinas o comedores.
El naranja aporta alegría y emoción, es un color que puede hacer que nos sintamos más felices. El violeta, por otro lado es un buen color para pintar la habitación de un adolescente por ser una tonalidad nostálgica y misteriosa. Las niñas, normalmente, suelen escoger el color rosa para la habitación, un color que también es adecuado para chicas más mayores, incluso adolescentes.
El azul es un color que invita el relax, calma las emociones y está asociado a la salud y a la curación. Del mismo modo que el verde, otro tono que resulta muy relajante. Ambos colores pueden resultar opciones perfectas para aquellas zonas de la casa en las que pasamos mucho tiempo.
Según el Feng Shui en la decoración de una casa debe predominar los tonos ocres y azules, más acordes con estados pasivos que inciten al relax y tranquilidad. Por esta misma regla, no hay que abusar de los colores fuego: rojo, amarillo y/o naranja. Además de los tonos agua, los colores neutros como el beige o blanco también pueden aportar una calma especial y ayudan a canalizar el estrés. Los colores activos, como el rojo, amarillo o naranja son muy aconsejables para esa zona donde se quiera imponer energía, como cocinas o comedores.
En definitiva, escoger un color u otro no depende solo de lo mucho que te guste. Depende sobre todo de la habitación que se vaya a pintar y de las personas que habiten en ella. No es lo mismo la habitación de un adolescente, donde primarán más los colores verde, azul, rosa o violeta, que el dormitorio conyugal, donde tendrán especial importancia los ocres o el beige. Además de los colores, los accesorios también son una pieza clave para la decoración de interiores. Cada vez los muebles van cobrando mayor importancia y se convierten en un complemento más de la habitación que ayuda a realzar un espacio y a romper con la monotonía de colores.
Hay una gran paleta de tonos que pueden ser utilizados en nuestro hogar. Tan solo hay que elegir el más adecuado para cada espacio, jugar con ellos para crear nuevas sensaciones, o incluso realizar varias combinaciones hasta conseguir el ambiente que uno necesita. Lo positivo de todo esto es que, del mismo modo en que haces puedes deshacer. En cuestión de colores, siempre estás a punto de cambiar. ¿A qué esperas para dar un toque de color a tu vivienda?